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La primera vez que me topé con el término de libertad financiera fue leyendo el libro de Robert Kiyosaky: “Padre rico, padre pobre”.

Para los economistas o que se dedican a las finanzas, este libro es casi un insulto puesto que narra la historia de cómo comparaba a su propio padre con el padre de su mejor amigo.

Las nociones financieras que presenta son súper sencillas y muy básicas, cosa que para nosotros, los simples mortales, ha sido un éxito porque revela términos y aspectos centrales de unas finanzas personales sanas con una narrativa amigable y fácil de entender.

¿Ya lo leíste? Me gustaría saber tu opinión, podemos seguir esta conversación por Twitter en @MarijoCodesal, ¡cuéntame!

Yo creo que todo comienza con un pensamiento.  Con una idea.

La idea de la libertad financiera o independencia financiera puede resultar atractiva y a la vez una mentira desilusionante. Mucho depende de cómo vivas tu relación con el dinero.

Empecemos por definir qué es la libertad financiera.

Se entiende como libertad financiera a la situación económica en la que no tienes restricciones de pago por las cosas que te interesan, quieres o deseas.  Significa que puedes comprar lo que quieras sin tener que pensarlo mucho, solo porque puedes.

Pero, honestamente, ¿quién puede hacer eso?  Yo digo que ni Carlos Slim. Las decisiones de compra y financieras suelen pensarse. Si no se piensan entonces podrías estar utilizando mal tus recursos.

La libertad financiera también implica que tienes ingresos que pueden sostener tu estilo de vida (el que sea, lleno de lujos o una vida sobria y sencilla) sin tener que trabajar.

Esta parte de la definición es la que a veces me parece un sueño guajiro. No me imagino dejar de trabajar porque de verdad creo que el ocio es un muy mal consejero.  Además, hasta las fortunas millonarias heredadas se acaban si no se usa inteligentemente ese capital.

¿Qué piensas de esta definición? ¿Tú eres libre? ¿Quisieras serlo? No dejes de contarme

A mí no me gustan las recetas de “3 pasos para convertirte en millonario” o las “6 cosas que debes hacer para que tu dinero trabaje para ti”. Creo que, aunque es práctico tener un plan de acción, puede estar sobre simplificado o no adaptarse a tu situación personal y, por tanto, desilusionarte rápido. Sentirte engañado. Aunque es verdad que hay ciertas acciones que puedes seguir más a manera de guía para adaptarlas a tu realidad.

Yo voto más por obtener una muy agradable estabilidad financiera. Por tener la comodidad y la tranquilidad de que mis acciones actuales también están garantizando mi futuro y que conforme voy creciendo en edad y voy perdiendo ganas de trabajar pueda seguir manteniendo mi nivel de vida y la de los míos.

Alcanzar esta estabilidad financiera me implica ontológicamente. Todo mi ser y mi alma están sincronizados con la intención de alcanzar ese objetivo.

Ahora, lo práctico…

¿Cómo puedo seguir pagando mi estilo de vida si voy bajando mi nivel de trabajo?

Lo primero es hacer números.

¿Cuánto me cuesta vivir?  ¿Mi presupuesto incluye lo que gasto al año de viajes y otros gastos en mis pequeños “lujos”?  ¿Ya hiciste tus números? Recuerda que puedo regalarte una plantilla para que comiences si aún no lo has hecho. Pídela aquí.

Si ni siquiera sabes cuánto te cuesta vivir, ¿cómo vas a saber cuánto dinero necesitas para alcanzar estabilidad financiera? Y ni hablamos de la libertad financiera.

Lo segundo es ajustar.

Una vez que sabes cuánto te cuesta vivir puedes ajustar. Solo hay dos maneras de crear excedentes con los que pueda hacer algo al respecto: recortar gastos o generar más ingreso.

Una mentalidad pobre te invita siempre a recortar gastos. Yo pienso que lo mejor que podemos hacer es generar más.  Ahora en más fácil que nunca y ya les platicaba en un artículo anterior, dónde te invitaba a no conformarte solo con tu sueldo.

Se creativo para generar más: mete tu coche a Uber, Cabify, Laudrive. Renta espacios en Airbnb, pasea perros, haz lo que se te ocurra. No hay límite para la creatividad.  Claro que es buena idea conservar también el trabajo, pero haz algo extra, que no requiera dobles o triples turnos fijos, si puedes.

Por último, ese excedente ponerlo a trabajar para ti.

Se trata de no gastarlo hoy, es decir, ahorrarlo, para gastarlo mañana. Hay muchas opciones para ello. Pero además… y aquí está el truco…. Es que ese dinero extra que vas generando pueda pagarte dinero a su vez. Puedes hacer un fondito semilla para luego acceder a algún tipo de inversión. Puedes hacer préstamos a otros creativos. Puedes desarrollar nuevas ideas y generar nuevos ingresos con eses dinerito extra. Si te interesa podemos platicar al respecto. Mándame un correo.

Ten en mente que se trata de usar tu dinero de manera diferente. Deja solo de gastarlo, haz que te genere dinero.

Recuerda que una vida sobria no es lo mismo que una vida pobre. No se trata de vivir a pan y agua para que luego… sigas viviendo a pan y agua.  Se trata de administrar bien todos tus recursos: tu dinero, tu tiempo y tus conocimientos, para que jueguen a tu favor.

Empieza con una idea clara y ponte manos a la obra.

Total, que la libertad financiera puede existir y se puede alcanzar si te lo planteas claramente. Desde mi punto de vista, empezando por buscar la estabilidad financiera y el buen uso de nuestro dinero.

Cuéntame qué tienes en mente y cómo estás haciendo crecer tu dinero. Lo puedes hacer por Twitter en @MarijoCodesal, sigamos la conversación.

 

¿Quieres saber la mejor parte?

Que, si logras que tu dinero trabaje para ti, tu futuro será mucho más tranquilo y prometedor. Cumplirás sueños hoy y también en el futuro.

No dejes de enviarme tus dudas, preguntas e intereses por correo. También podemos seguir esta conversación por las redes sociales. Aquí hay una oreja y una compañera para viajar al fascinante mundo de las finanzas personales.