Por eso el afable Ken Salazar no puede, como parece, hacer que la virgen le habla…
Lo que para el presidente López Obrador es un “departamentito” del gobierno estadunidense para proteger el “conservadurismo en Estados Unidos, Latinoamérica, el Caribe y el mundo”, es el autor del “bodrio” en el que se afirma que en México reina la impunidad, se violan los derechos humanos y se ataca a periodistas y activistas.
Sus redactores, dice AMLO, “son unos mentirosos” que “se creen el gobierno del mundo, se asumen como el gobierno del mundo, y nada más ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Pueden contestarme lo que quieran, no tienen pruebas, son calumniadores. En México ya todo cambió, ya no hay tortura”, dijo categórico.
Le respondió el vicevocero del Departamento de Estado, Vedant Patel:
“Nosotros nunca hemos sugerido que no tengamos nuestros propios retos internos, pero Estados Unidos no intenta esconderlos debajo de la alfombra”. Advirtió que esa dependencia está obligada a elaborar anualmente un reporte sobre los derechos humanos en otros países para ser entregado al Congreso, en el que se determina la ayuda que otorgará a cada nación, a fin de “fortalecer el respeto a los derechos humanos, que son parte de los valores estadunidenses…”.
López Obrador dice que su contrariedad no tiene que ver con el presidente Joe Biden (a quien juzga “un político muy respetuoso de la soberanía mexicana”), pero se ha volcado también contra el secretario Antony Blinken, quien lo menos que parece querer es que el conflicto siga escalando, por más que coincida con el jefe del Comando Norte, en que amplios territorios de México son controlados por las bandas criminales (el general Glen VanHerck considera que alcanza la tercera parte).
“Bodrios” como el referido están previstos en las Secciones 116 d y 502 b de la Ley de Ayuda al Exterior de 1961. Las 2464 y 2467 del Título 19 del Código de EU (compilación y codificación de la legislación federal general de ese país) también exigen que las políticas comercial y exterior consideren el desempeño de las naciones en materia de derechos humanos y laborales, y dicta que anualmente se presenten informes por países al Congreso.
Para su redacción se utiliza información de las embajadas y consulados estadunidenses, organizaciones no gubernamentales e internacionales, juristas y expertos en derecho, periodistas, académicos y activistas.
Son las misiones diplomáticas de EU las que preparan los borradores sobre cada país, mismos que se pulen después en la Dirección de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo en colaboración con otras oficinas especializadas en países y regiones.
Con la reciente “ejecución” militar de cinco civiles y la supuesta “ayuda” de las bandas para “esclarecer” el ataque en Matamoros a cuatro estadunidenses, o el asesinatos de los dos jesuitas en la Tarahumara, el irascible informe sobre México no parece “mentiroso” y fue inicialmente un borrador preparado por la embajada estadunidense.
Por eso el afable Ken Salazar no puede, como parece, hacer que la virgen le habla…