Las habilidades políticas de los Murat los llevaron a la puerta de Morena: pusieron a la orden del nuevo régimen sus relaciones y capacidad de resolver conflictos en un estado beligerante como Oaxaca, sobre todo los que protagoniza la CNTE
Con la CNTE jugando a las vencidas contra la presidenta de México, en Morena se preguntan dónde quedaron los ofrecimientos de negociación con los maestros vándalos que hizo Alejandro Murat, a cambio de ser afiliado.
En la lectura política, lo que hace la CNTE es irrespetar a la presidenta, igual que a Peña, pero nunca con López Obrador, quien fue el artífice de la cercanía de Murat a Morena. Además, si alguien defendió antes a la CNTE fue Sheinbaum.
Murat se vendió en Morena (y ante este gobierno) como quien tenia control sobre la CNTE y lo demostró en otros contenciosos. Por eso, ahora se cree que los soltó para hacer crecer el conflicto, y le pidan muy de favor que lo solucione.
Querría decir que la credencial de Morena tiene mucho valor para el ex gobernador expriista. Soplar fuego bajo los pies de la presidenta para que le pidan sus servicios como bombero es riesgoso: la ubica a ella como simple espectadora del incendio.
La relación de los Murat en Oaxaca con la CNTE es añeja: primero con el padre, José, quien llegó a gobernador priista de la mano de la CNTE, y se convirtió luego en operador de ésta en negociadores con los gobiernos posteriores.
Fue justamente el vínculo de Murat padre con la CNTE lo que permitió al hijo llegar a la gobernatura de Oaxaca, a pesar de ser impulsado por Enrique Peña, quien ha sido el presidente que más impuso la ley contra los vandalismos de la CNTE.
Las habilidades políticas de los Murat los llevaron a la puerta de Morena: pusieron a la orden del nuevo régimen sus relaciones y capacidad de resolver conflictos en un estado beligerante como Oaxaca, sobre todo los que protagoniza la CNTE.
Sin embargo, la relación de los Murat con la 4T vive un mal momento, debido a que una buena parte de Morena se opone a la afiliación de Alejandro Murat, en especial su sucesor en la gubernatura de Oaxaca, Salomón Jara.
Y no tienen interés en aplicar sus buenos auspicios para apaciguar a la CNTE esta vez. Pero no está solo: lo apoya en Morena su dirigenta nacional, Luisa Alcalde, quien no tiene al partido alineado evidentemente con la presidenta.
El objetivo de Alejandro Murat es mantener el patriarcado de su familia en Oaxaca: ser él el nuevo jefe político del estado. ¿Y el caos de la CNTE? Eso no importa. La idea es seguir vigente, aunque sea como generador de conflictos.
Murat haciendo un Murat.