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El año pasado, México alcanzó el sitio nueve en atracción de IED, fue la primera vez que nuestro país se colocaba en el top 10; ahora ha caído nueve peldaños.

¿Se acuerdan del Mexican Moment? Ha llegado el momento de extenderle su certificado de defunción. México retrocedió nueve lugares en el ranking de atracción de Inversión Extranjera Directa. Ahora estamos en el lugar 18, según el informe que elabora AT Kearney.

El retroceso de México amerita una reflexión. No hay forma de minimizar la severidad del juicio que implica este estudio. La principal fuente de información son las opiniones de 504 ejecutivos de empresas que representan 90% de la IED mundial. El año pasado, México alcanzó el sitio nueve. El dato fue difundido con bombo y platillo, entre otras cosas porque se trataba de la primera vez que nuestro país se colocaba en el top 10.

La caída de México es la más grande en el ranking del 2016. Ningún país registra un bajón de nueve escalones en la calificación de AT Kearney. Ni siquiera Brasil, que está viviendo una pesadilla política y que vive una caída de casi 4% del PIB. Ellos ocupaban la posición seis en el 2015 y aparecen en el número 12, en el 2016.

¿Por qué México es menos atractivo ahora que en el 2013 o en el 2015? La opinión de los directivos de las multinacionales refleja un ajuste en las expectativas sobre la economía mexicana, explica Ricardo Haneine, socio líder de AT Kearney. “Las reformas estructurales generaron expectativas que no se han logrado concretar”, explica.

Una cuestión clave es entender por qué no se concretaron las expectativas que despertó el Mexican Moment. Si queremos una explicación simple, podemos echar la culpa a la caída de los precios internacionales del petróleo. Con el barril por encima de los 100 dólares, se hicieron cuentas alegres. Los más optimistas proyectaron una inversión extranjera de 62,000 millones de dólares en el sector petrolero, tan sólo para el periodo 2015-2018. La realidad resultó despiadada: la inversión captada en el 2015 en ese sector fue de apenas 400 millones de dólares.

¿Por qué México es menos atractivo que Brasil, India, China, Taiwán y Corea del Sur? Ir más allá de culpar a los precios internacionales del petróleo implica adentrarnos en un territorio donde no hay una explicación fácil. Hic sunt leones, “aquí hay leones”, escribían los romanos en sus mapas cuando señalaban un espacio desconocido.

Hic sunt leones. Aquí van dos ideas. Primera hipótesis: la implementación de las reformas no ha sido tan eficiente como se esperaba. A fines del 2014, justo antes del estallido del escándalo de la casa blanca y de la crisis de Ayotzinapa, se tenía claro que el 2015 sería el año clave para la implementación de las reformas. Había pasado el momento político, donde se dio la concertación y llegaba el turno del Ejecutivo. Eso no ocurrió en el 2015, porque el gobierno dedicó la mayor parte de sus energías en capear el durísimo temporal político. Se perdió un año clave, que no se podrá recuperar plenamente. En el 2016, se ha retomado la idea de la implementación, pero ahora tampoco es la prioridad. El gobierno tiene el reto monumental de reducir el gasto público para reflejar la caída de los precios del petróleo.

Segunda hipótesis: la ausencia de corrupción; un entorno de seguridad y la eficiencia del sistema legal se encuentran entre las cinco cosas que más valoran los directivos a la hora de definir el lugar de su inversión, según la encuesta de AT Kearney. En esos rubros hay pocos avances, ¿a quién le extraña que la vela del Mexican Moment se haya apagado?