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Ya queda claro a estas alturas que para la presidenta de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Janet Yellen, y para otros integrantes de ese banco central eso del aumento de las tasas de interés dentro de 10 días ya es un asunto más de convicción que de señales contundentes.

Pero si necesitaban datos duros, los resultados de las nóminas no agrícolas del viernes corroboran que la economía crece a un ritmo moderado que puede justificar por qué llegó la hora del primer aumento en las tasas de interés, después de más de una década de portarse como palomitas monetarias.

Es verdad que noviembre suele ser un mes de mayor creación de empleos, para atender la demanda decembrina en el sector servicios, pero los 300,000 empleos de octubre parecen ser señal de adelanto en esas contrataciones.

Además, hay algo que dijo Yellen hace unos días que apuesto que vendrá en el comunicado de política monetaria de la próxima semana. Dijo que es mejor un aumento sutil y gradual del costo del dinero que uno abrupto que provoque distorsiones más graves en el desempeño económico.

Por eso, ahora la pregunta más angustiante es: ¿qué sigue después del aumento del 16 de diciembre?

Porque si alguien cree que la incertidumbre termina al minuto siguiente de conocer la decisión de política monetaria del Comité de Mercado Abierto de la Fed, pues está muy equivocado.

La primera respuesta para nuestro mercado interno a esa pregunta es que el próximo aumento de las tasas de interés en México llegaría el día siguiente de la determinación estadounidense. Así es que la tasa de referencia del Banco de México subirá el 17 de diciembre próximo.

Pero a partir de ahora lo que importa es la gradualidad de los aumentos. La economía de Estados Unidos no está como para una regularización de la tasa de interés hasta 2%, que sea equivalente a la meta inflacionaria, porque sí se mantienen señales de debilidad, en especial en los sectores secundarios.

Ahí empieza la siguiente especulación, cuántos aumentos, cuándo los aumentos y hasta dónde llevar la tasa de referencia de aquí a un año.

Falta, claro está, toda la ola de reacciones tras el aumento que viene la próxima semana. La verdad es que no hay nada totalmente descontado. El dinero se va a empezar a mover y las sacudidas en los mercados emergentes también estarán presentes.

Es esto a lo que el Banco de Pagos Internacionales llamó el fin de semana la tensa calma en los mercados financieros del mundo justo antes del anuncio de decisión de política monetaria por parte de la Fed.

No es poca cosa que suba aunque sea un cuartito de punto la tasa de interés que permaneció dormida casi una década, de ahí que sea tan importante que México calque el movimiento al día siguiente.

Podrían los banqueros centrales estadounidenses dar alguna especie de hoja de ruta de lo que piensan para el 2016, podría la señora Yellen dar luz en su conferencia posterior, pero la realidad es que lo que inicia a partir del miércoles de la próxima semana es la temporada de la siguiente pregunta: ¿cuándo el próximo aumento?