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Los mexicanos somos parte de la cultura latinoamericana que nos gusta el toqueteo, la cercanía, el sentirnos juntitos y sobre todo estar en contacto.

Somos los que en la reunión abrazamos, damos palmadita en el hombro, extendemos la mano, damos beso al aire, simulando que es en el cachete a conocidos y desconocidos.

Aunque haya quien diga que no, siempre terminas saludando de beso a ese “alguien” que te están presentando en una reunión o en un encuentro casual.

Así que la sana distancia, no ha sido mas que una indicación no respetada por la mayoría de los mexicanos. No solo los que están allá afuera, sino también en casa y simplemente porque nos gusta estar cerca.

La Ciudad de México y como capital, es un punto donde la gente sabe vivir en aglomeraciones, en espacios reducidos y con hombres o mujeres pegados hombro a hombro.

No es novedad ver imágenes de los vagones del metro hasta el tope de gente, no es extraño ver estaciones de la Ciudad de México con filas interminables, y hoy en día algunos con tapabocas, otros no, unos tratando de separarse lo más posible del de adelante o del de atrás, pero no es mucho, es imposible.

A los chilangos no les asusta la falta de espacio, ya es una forma de vivir. Imaginen que todos los días un poco más de 4.6 millones de personas se mueven por metro, esto en la Ciudad de México.

Cada tren puede trasladar a más de 1500 personas, unas paradas, otras sentadas, unas pegadas más que otras y otras que parecen que están a punto de saltar por la puerta en cuanto esta se abra.

Esa es la magia de vivir en la capital, adentrarse a un mundo lleno de gente que no tiene fin. Y si creen que exagero, esto se traslada también a los elevadores, prefieren llenarlo como si fuera un vagón del metro, a tener espacio entre una y otra persona.

Por eso cuando vi esta foto en Twitter del usuario @PeatonDelSur que a muchos podría asustar, porque en estos tiempos de pandemia, de la distancia obligada y de no salir de casa, esta imagen es un ejemplo de que no sabemos cumplir ningún tipo de indicación sanitaria.

Supongo que pensamientos como el de “uy, pero si yo ya me quiero ir”, “mejor me subo en este, porque el otro quién sabe cuánto tarde”, “pero si no pasa nada, traigo tapabocas”, “total, de algo me he de morir” o el clásico “no pasa nada”, son los que pasan por estas personas que aparecen aquí.

Antes de entrar, permita salir, debería de ser clasificado como chiste, al menos en el metro de la Ciudad de México.

Una foto real, una imagen ciudadana pero sumamente valiosa. Hay quienes demeritan la fotografía de la gente que, sin saber hacer imágenes de manera profesional, capturan momentos tan naturales, como este.

Así los ciudadanos se vuelven parte de quienes documentan a través de la imagen, lo que sucede en espacios donde no siempre hay un fotógrafo profesional con una cámara o con un dron, y mejor aún que lo comparten.

Vale la pena tomar fotos de lo que vemos, de algo pueden servir. Como esta imagen de @PeatonDelSur, en donde más allá de una problemática de movilidad y de salud, vemos al mexicano que le gusta estar en la multitud y de sentir que no tiene opción de moverse.

Los fotógrafos documentalistas así comenzaron, capturando escenas cotidianas a su alrededor. ¿Usted ha hecho fotos a la hora de salir de casa o estando en cuarentena con toda su familia? Hágalo y descubrirá sus mañas, sus costumbres y lo mal que nos sale la sana distancia.

La sana distancia nos sale muy mal - exaw-bzwaaadd5r
Twitter @PeatondelSur