Minuto a Minuto

Nacional Instituto Nacional de Cardiología vive “situación crítica”, expresa director
El director del Instituto Nacional de Cardiología expuso que se enfrentan dificultades para la adquisición de dispositivos médicos, alimento adecuado para el personal o financiamiento para construcción
Entretenimiento La cultura, “motor de hermanamiento” entre México y España: ministro Urtasun
El ministro de Cultura de España, Ernest Urtasun, aseguró en la FIL que se tiene la intención de normalizar las relaciones bilaterales con México
Nacional Jornada de violencia deja 6 muertos y 3 heridos en Cancún
En menos de 24 horas se registraron en Cancún cinco ataques armados que dejaron seis personas muertas
Nacional Nueva caravana migrante alista salida desde Tapachula rumbo a EE.UU.
Una nueva caravana de al menos dos mil migrantes partirá este lunes desde Tapachula hacia Estados Unidos
Nacional Matan a un policía y hieren a dos más en Mazatlán
Los policías realizaban rondines de vigilancia en el fraccionamiento Pradera Dorada de Mazatlán cuando fueron agredidos a disparos

Hay momentos en que correr es un delito. Florestán

En medio del actual momentum que viven el país y el gobierno federal, ha tomado auge un nuevo tipo de impunidad: los embozados que se dicen desde normalistas a militantes de las coordinadoras de maestros, y ahora autollamados anarcos.

Y no es que sean nuevos, no. Lo que pasa es que ahora han mejorado sus esquemas de operación y organización, estrategias, vestimentas y discurso, y han incrementado su tono violento.

Los hemos visto operar en Oaxaca, algunos en Morelia, pero más violentamente en Chilpancingo, con una virulencia que va más allá del perfil de maestros o de alumnos. Y también en la Ciudad de México donde tuvieron su estruendosa presentación en sociedad el 1 de diciembre de 2012, tras la toma de posesión de Enrique Peña Nieto como presidente de México y provocaron destrozos en la avenida Juárez, tras chocar con granaderos frente a Bellas Artes, cuando les impidieron el paso al Zócalo.

Fueron, entonces, varios los detenidos y consignados que contaron con la complicidad de la mayoría perredista de la Asamblea Legislativa que modificó la ley para convertir sus delitos graves, en no graves, salir de la cárcel y evadir el proceso.

Desde entonces, con una ley a la medida, intensificaron su presencia y violencia como vimos la tarde de la quema de la puerta central de Palacio Nacional, o los hechos, en la misma plaza del Zócalo la noche del 20 de noviembre o los enfrentamientos cerca del aeropuerto aquella mañana, o el vandalismo de este lunes, cuando desde Florencia hasta Insurgentes, atacaron todos los comercios en la lateral de Reforma, incluidos tiendas, restaurantes y cafeterías con personas en su interior, lo que nunca habían hecho.

Y todo en el marco de la más cómplice impunidad.

No sé cuál será el siguiente nivel de esta escalada violenta de unos pocos, cierto, pero muy violentos e intocables, intocados.

Pero lo darán.

RETALES

1. CAMBIOS. Se realizaron ajustes en los niveles dos, tres y cuatro de la cúpula militar: el general Noé Sandoval, fue designado subsecretario de la Sedena; Gilberto Hernández, oficial mayor, y el también general Daniel Velasco, en la posición clave de inspector y contralor general del Ejército y la Fuerza Aérea. Pero todo sin una explicación, ni siquiera consignan los nombres de los relevados, vacío que siempre llenan las suposiciones;

2. FALSOS. La delegación Miguel Hidalgo dice que la constructora ABILIA, tira árboles en calles de Polanco con un permiso falso y Víctor Romo se lava las manos en lugar de investigar, en todo caso, este delito penal de falsificación de documentos oficiales, como dice; y

3. DENUNCIAS. Tras los hechos vandálicos del lunes, la procuraduría enfrenta un problema: los afectados, bancos y comercios no presentan denuncia, por lo que no procede el delito de daño en propiedad ajena. Dicen que el seguro les paga.

Nos vemos mañana, pero en privado