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Esta semana se publicaron los datos de inflación más recientes en Estados Unidos y México, mostrando una ligera pero continua mejoría.

En el caso de Estados Unidos, los precios en abril aumentaron 0.4% con respecto a marzo, con lo cual la inflación en términos anuales disminuyó de 5.0 a 4.9 por ciento. Dicha cifra estuvo en línea con las expectativas de mercado y representa el incremento en términos anuales más bajo desde abril del 2021.

En el caso del componente subyacente, el aumento fue de 0.4%, con lo que la inflación subyacente en términos anuales se redujo de 5.6 a 5.5%, también en línea con el consenso de expectativas del mercado.

La inflación general en términos anuales lleva 10 meses consecutivos bajando después de alcanzar un pico de 9.1% en junio del año pasado, mientras que la subyacente retomó su tendencia a la baja después de haber aumentado en marzo.

Sin embargo, por segundo mes consecutivo, la inflación subyacente se ubicó por arriba de la inflación general.

Esto se explica en gran medida porque la fuente de alivio más importante viene de una disminución en los precios de los energéticos que cayeron 5.1% (destacando una caída de 12% en las gasolinas) mientras que los precios de los servicios siguen muy presionados, registrando un aumento de 6.8% (destacando un aumento en los precios de transporte de 11% y de 8.1% en los servicios de vivienda).

Sin embargo, el indicador de renta equivalente se desaceleró con respecto a los meses anteriores, presentando su lectura mensual más baja en más de un año.

La expectativa es que la presión en este sector se siga moderando conforme el mercado de vivienda siga debilitándose como consecuencia del incremento en las tasas de interés y una mayor restricción crediticia por parte del segmento de bancos regionales.

Con base en esto esta expectativa y unas bases de comparación más favorables (recordemos que el pico de inflación se registró en junio del año pasado), el consenso de mercado está anticipando una disminución en la inflación anual de 4.9% en abril a un rango de 3.0-3.5% al cierre de junio.

En la opinión de este columnista, la trayectoria de descenso en la inflación podría ser más lenta de lo que está descontando el mercado.

En el caso de México, los precios en abril disminuyeron 0.02% (ligeramente menos de lo esperado por consenso de expectativas). Con esta cifra mensual, la inflación acumulada en los últimos 12 meses disminuyó de 6.85% en marzo a 6.25% en abril, registrando su tercer mes consecutivo a la baja.

Por su parte la inflación subyacente en abril fue de 0.39% (ligeramente por debajo del consenso), con lo cual la inflación subyacente en términos anuales bajó de 8.09 a 7.67 por ciento.

Aunque la inflación podría acelerar su trayectoria descendente en los próximos meses, conforme las bases de comparación anual se tornan más favorables, la dinámica de precios en el sector servicios, que a su vez refleja mayores costos laborales, mantiene presiones importantes.

El dato será crucial para la decisión de política monetaria de Banxico del 18 de mayo en el que las expectativas del mercado han venido cambiando en las últimas semanas.

Después del último anuncio de política monetaria, el 30 de marzo, las expectativas de mercado apuntaban a un alza adicional de un cuarto de punto este 18 de mayo para dejar la tasa de fondeo en un nuevo máximo de 11.50 por ciento.

Sin embargo, en los últimos días el mercado ha comenzado a reforzar sus apuestas a que Banxico dejará la tasa de fondeo sin cambios.