Elecciones 2024
Elecciones 2024

Me cuentan que el Ministerio Público de Ecatepec pide dinero a una familia para investigar la desaparición de una menor de edad que fue embaucada a través de las redes sociales. Investigar eso cuesta, es la respuesta que le da el Estado a una familia que seguro debe estar pasando por terribles momentos.

Esos sujetos, señor presidente Enrique Peña Nieto, también intentan desestabilizar al país. Y lo han hecho durante décadas en que la corrupción se ha apropiado de los órganos de procuración e impartición de justicia, además de muchas otras actividades del servicio público.

No deben ser pocos los mexicanos que en una condición similar a la de estas personas que tienen a una menor desaparecida quisieran hacer justicia por mano propia si tuvieran la oportunidad de tener enfrente a los criminales.

¿Cuántos casos conoce usted donde la autoridad no está haciendo su trabajo y está claramente ejerciendo la corrupción? ¿Cuántos pueden levantar la voz como el presidente para denunciar esos evidentes intentos de desestabilizar los derechos de los ciudadanos?

Es el momento de que con esa misma firmeza con la que se señala a los que, efectivamente, aprovechan este río revuelto para tratar de desestabilizar al gobierno federal, se diera un verdadero y contundente “ya basta” a la corrupción gubernamental.

Los analistas financieros que consulta el Banco de México tienen en el primer lugar de los lastres para crecer la inseguridad que prevalece y buena parte de esa impunidad reinante en el país tiene que ver con la falta de respeto al Estado de derecho.

Por eso sorprende que estos expertos se vayan con la finta de la reforma energética y hayan borrado de sus preocupaciones la ausencia de cambios estructurales, porque parece que no se dan cuenta que la necesidad de respetar las leyes en México es el cambio estructural más ausente que tenemos.

Todas las iniciativas anticorrupción, de controles gubernamentales, de transparencia y limpieza de la colusión del crimen y el poder están suspendidas, olvidadas en el festín de contar ya con las reformas en acción que mueven a México.

Este gobierno que está a punto de concluir la tercera parte de su mandato y en la dependencia encargada de los controles internos, la Secretaría de la Función Pública, tiene un encargado de despacho.

Desde una rabiosa oposición al gobierno federal se hace un claro trabajo mediático para atacar al presidente, o para atentar contra el proyecto de nación, como dice el propio presidente, y se dedican horas de transmisión para crear una ficción en torno a una Casa Blanca que los clásicos de la propaganda recomiendan repetir hasta el cansancio para convertir la acusación en verdad.

Todos los espacios que usan para dar paso a sus estrategias son los huecos que dejan descubiertos para que toda esa corrupción siga floreciendo sin tregua ante la inacción de gobiernos y medios de comunicación.

¡Qué bueno que el presidente Peña Nieto levante la voz en contra de los grupos que evidentemente lo quieren minar! Sus quejas ganaron primeras planas, espacios estelares y muchas horas de información y discusión mediática.

Ojalá el propio Presidente sienta ese mismo coraje con lo que le sucede todos los días al resto de los mexicanos con los más variados ejemplos de impunidad y corrupción en los que vive este país.