La realidad es que los milagros se encuentran en otros libros, no en las crónicas políticas de los diarios que siguen el proceso electoral de Estados Unidos
El discurso que daba Donald Trump justo antes de que el joven anglosajón estadounidense, Thomas Matthew Crooks, intentara acabar con su vida era una arenga horrible en contra de los migrantes.
La carga xenófoba que imprimía en sus palabras frente a esa reducida audiencia en Butler, Pensilvania, era solamente una repetición más de las palabras que el republicano lleva a muchos de sus mítines en los que explota un falso sentimiento de una supuesta superioridad racial.
Donald Trump tuvo la enorme fortuna de que esa bala pasó a los milímetros suficientes de su cráneo para que hoy festeje su vida y no para que el mundo entero padeciera un resultado fatídico de ese atentado.
Este hombre que recibió una nueva oportunidad de vida va a aceptar esta semana la nominación oficial del Partido Republicano como su candidato a la presidencia.
Lo hará con una ventaja que hoy parece irremontable, apuntalada por los estragos de la edad en el demócrata Joe Biden y por su carta de presentación de ser superviviente de un intento de magnicidio.
¿Podrá este hombre intransigente y pragmático haber tenido una revelación de vida que haga que su discurso de este jueves marque una diferencia en su estilo agresivo y populista?
La realidad es que los milagros se encuentran en otros libros, no en las crónicas políticas de los diarios que siguen el proceso electoral de Estados Unidos.
Donald Trump seguirá siendo quien es el resto de su vida política, sólo que ahora lo acompaña la imagen de un guerrero súper poderoso que levanta el puño sobre un escudo humano del servicio secreto y que con su sangre chorreando se levanta con el fondo de la bandera de Estados Unidos y un cielo azul en una fotocomposición perfecta.
Esa imagen imborrable del Trump superviviente estará incorporada en sus palabras y la propaganda se encargará de que aquellos que lo han rechazado por su radicalismo encuentren en su esperado discurso cierta moderación en el nombre de la nueva oportunidad de vida que recibe.
¿Dónde puede venir un cambio en la estrategia electoral de Trump? En un llamado aparentemente más moderado a cerrar filas en su país a través de reforzar el sentimiento nacionalista.
Donald Trump no va a renunciar a llevar a cabo la redada de inmigrantes más grande en la historia de Estados Unidos, no dejará de plantear que es posible bajar impuestos de manera interna si se aumentan los aranceles a las importaciones.
Es probable que el discurso de aceptación de la candidatura republicana de Trump de este jueves sea más conciliador con los propios estadounidenses, pero es muy difícil que se pueda dar el milagro de la moderación tras el fallido atentado.
Lo que Trump podría tener como epifanía, tras salvar la vida, es entender que su país está dividido y no sólo entre ciudadanos e ilegales o entre demócratas y republicanos, sino entre aquellos que él ve como iguales: blancos, sajones, ciudadanos por nacimiento.
Para los demás, mexicanos, chinos, europeos, para el resto del mundo, pues, Trump podría tener el pretexto perfecto para reforzar sus políticas populistas-nacionalistas en lo comercial, migratorio, bélico y financiero.