José Ramón y ‘Andy’ no están honrando a su padre, el predicador de una nueva moral: durante su gobierno, AMLO promovió la redacción de un documento para establecer una moral única en el país
Refleja una estulticia profunda defender las compras de ropa de marca, por parte del hijo mayor de López Obrador, con el argumento de “no es malo tener dinero y comprarse algo bonito en una tienda”. Porque no es asunto de dinero: es asunto de moral.
No es de lana, pues López Obrador y su familia tienen los resortes del poder político, económico y judicial de México: sería renunciar al deber de aceptar la verdad, el negar que han acumulado dinero… haiga sido como haiga sido.
Es moral: José Ramón y Andrés Manuel López Beltrán se ufanan de considerar a su padre el mejor presidente en la historia de México, lo cual implica la responsabilidad de honrar los preceptos del padre: honrarás a tu padre, dice el cuarto Mandamiento.
Y su padre, “el mejor presidente en la historia de México”, dice: “Imagínense, comprar una camisa y todavía hacerles publicidad ¿Qué se gana con eso, con la ropa de marca? Son cosas del sexenio de Felipe Calderón, cuando estaba la corrupción en su apogeo”.
Pero José Ramón fue visto saliendo de la tienda de lujo Loro Piana, en Houston, con bolsas Hermès. Antes, su hermano Andrés Manuel fue grabado saliendo de la tienda de lujo Prada, en Tokio, aunque con alguien cargándole las bolsas.
Es moral, porque con su comportamiento no están honrando al padre, predicador de una nueva moral: durante su gobierno, promovió la redacción de una Constitución Moral, para establecer una moral única en el país.
Lo que sucede es que honrar es difícil. Por ejemplo, el hijo de las bolsas Hermès ensalza en su cuenta de X al Che Guevara: “La ignorancia, la estupidez y la derecha de barandilla no pasarán. El Che representa una revolución que no han podido enterrar”.
Quizá ignora la vida y obra del Che Guevara, de quien se podrá decir todo y, aun así, todo se quedaría corto. Pero la verdad es que usó su propia vida como un ejemplo de entrega, sacrificio y compromiso con su manera de pensar. Se le fue la existencia en eso.
“Muchos me dirán aventurero y lo soy; sólo que de un tipo diferente y de los que ponen el pellejo para demostrar sus verdades”, escribió Guevara a sus padres. Es fácil escribir nimiedades sobre el Che sin saber verdaderamente quién fue. Eso, no lo honra.
Y refleja una estulticia profunda defender las compras de ropa de marca, por parte del hijo mayor de López Obrador, con el argumento de “no es malo tener dinero y comprarse algo bonito en una tienda”.
Porque a quienes lo hacen, su padre los llama “fichita, fifí, mañoso, fresa, malandrín, señoritingo…”
Hay que predicar con el ejemplo.
Como exigía el Che.
