Minuto a Minuto

Nacional Embajada de Israel en México denuncia ataques y violencia durante marcha del orgullo LGBT
Embajada de Israel en México expresó que "desconciertan los ataques y violencia" en su contra, así como el uso de símbolos que "llaman al exterminio de los israelíes"
Nacional Paso de “Chris” dejó dos lesionados en Veracruz
Debido a los encharcamientos, deslizamientos de tierra y viviendas anegadas, se activaron refugios temporales en todo Veracruz
Nacional Fuertes lluvias desbordan el río Tembembe en Morelos
Las autoridades llamaron a la población a evitar acercarse o cruzar avenidas y/o calles inundadas e informó de la habilitación de tres albergues
Deportes “Tristeza inicial y alegría final, eso es lo que da el fútbol; es inexplicable”: Cristiano Ronaldo
Cristiano Ronaldo repasó su "tristeza inicial" después de fallar frente a Eslovenia un penalti en la prórroga que provocó sus lágrimas
Deportes Panamá se mete a cuartos de final
Panamá, con seis puntos de nueve posibles, selló su pasaporte a cuartos de final de la Copa América como escolta de Uruguay

Ayer en la FIL de Guadalajara tuvieron lugar tres mesas de reflexión genéricamente bautizadas como “Preguntas desde la izquierda”.

El título y el contenido de las mesas aluden a un ensayo publicado por José Woldenberg en la revista Nexos en el mes de abril de este año, dedicado a comparar las causas que han nutrido a la izquierda mexicana con las del actual gobierno.

En casi nada coincide el actual gobierno, nos dice Woldenberg, con esas causas y con esa tradición. No tiene frente a las universidades públicas, en muchos sentidos el centro de la izquierda posterior al 68, una relación de diálogo y solidaridad.

Más bien, ejerce una política de recorte presupuestal y la caricaturización de la UNAM como centro de conservadurismo. Tampoco se honra desde el gobierno la diversidad de los movimientos sociales que nutrieron las causas de la izquierda.

Se extiende sobre ellas, en cambio, el discurso del sujeto único y mitológico llamado Pueblo.

No hay, igualmente, un compromiso con la Constitución y las leyes, armas cruciales para la izquierda del país, pues fue bajo su amparo que pudieron exigir garantías de participación contra las arbitrariedades políticas del antiguo régimen priista.

Vemos también al actual gobierno pasar por sobre elementales límites del laicismo, por la desafección, el rechazo y el maltrato a las instituciones de cultura y ciencia, y por una galopante militarización.

No hay, por último, en este gobierno, el reconocimiento de las instituciones democráticas alcanzadas durante la transición, que la izquierda promovió y mediante las cuales pudo acceder finalmente, en condiciones de equidad, a la contienda política. Toda aquella construcción democrática es la que el actual gobierno niega y empaca en un solo triquitraque para gritar contra el fraude. El mundo al revés.

Por facilismo, la prensa llama de izquierda al gobierno actual de México, pero éste poco tiene que ver con la tradición de la izquierda mexicana. Termina Woldenberg: “La corriente que gobierna actualmente el país de ninguna manera es democrática, aunque haya arribado al gobierno por esa vía.

Sobre eso hay evidencia suficiente.

Pero a lo mejor tampoco es de izquierda. Quizá estamos ante un gobierno unipersonal, narcisista, autoritario y empobrecedor”.