Minuto a Minuto

Nacional Suman 51 bebés muertos por tosferina en México
Chihuahua, Ciudad de México y Aguascalientes son los estados con más casos confirmados de tosferina
Nacional De la Fuente recibe en la SRE al canciller italiano Antonio Tajani
Italia es el tercer socio comercial de México en Europa y, a la inversa, México su segundo socio más importante en América Latina
Nacional Convocan a marcha en Xalapa en honor a la cadete América Yamileth
La marcha iniciará a las 16:00 h en el Monumento a la Madre sobre la avenida Ávila Camacho
Nacional El 92.4% de los pasajeros lograron abordar sus vuelos en el AICM pese a bloqueos
El AICM precisó que ningún vuelo de salida fue cancelado. Sin embargo, 15 vuelos de llegada fueron redirigidos a otros aeropuertos
Nacional Hallan muerto al “Delta 10”, objetivo binacional prioritario
FGJ de Sonora confirmó la desarticulación de “Los Deltas”, tras el hallazgo sin vida de Eleazar Pulido Landeros, alias “Delta 10”

El infatigable cronopio Ricardo Bada, grafómano si alguno, me pregunta cuál pudo ser en español el dicho de un general mexicano, Alfredo Rueda Quijano, que pidió a su pelotón de fusilamiento: “Still a little closer” (“Un poco más cerca”) y a los periodistas que miraban: “Adiós, adiós.” Rueda Quijano apoyó en 1920 el Plan de Agua Prieta, que trajo a los revolucionarios sonorenses al poder.

En 1927 apoyó la fallida rebelión de Francisco R. Serrano. Fue fusilado el 6 de octubre de 1927.

Tuvo la desgracia histórica de haber sido visto durante sus tropelías castrenses por los ojos de una niña de Chihuahua que sería con el tiempo la gran escritora Nellie Campobello, autora de Cartucho.

Ahí quedó esta visión de Rueda Quijano: Hombre alto, tenía bigotes güeros, hablaba muy fuerte. Había entrado con diez hombres en la casa. Insultaba a Mamá y le decía: “¿Diga que no es de la confianza de Villa? ¿Diga que no? Aquí hay armas. Si no nos las da junto con el dinero y el parque, le quemo la casa”.

Todos nos daban empujones, nos pisaban, el hombre de los bigotes güeros quería pegarle a Mamá, entonces dijo: “Destripen todo, busquen donde sea”. Picaban todo con las bayonetas, echaron a mis hermanitos hasta donde estaba Mamá. Me rebelé y me puse junto a ella, pero él me dio un empellón y me caí.

Como no encontraron armas, se llevaron lo que quisieron. El hombre güero dijo: “Si se queja, vengo y le quemo la casa”. Se me quedó grabado para toda la vida. Dos años más tarde nos fuimos a vivir a Chihuahua y lo vi subiendo los escalones del Palacio Federal. Tenía el bigote más chico.

Ese día todo lo pasé pensando en ser hombre, tener mi pistola y pegarle cien tiros. Un día vi una fotografía en un periódico, tenía este pie: “El general Alfredo Rueda Quijano, en consejo de guerra sumarísimo” .

Tenía el bigote más chiquito, y venía a ser el mismo hombre güero de los bigotes. Los soldados que dispararon sobre él aprisionaban mi pistola de cien tiros. Toda la noche me estuve diciendo: “Lo mataron porque ultrajó a Mamá, porque fue malo con ella”.

Ver aquí.