Elecciones 2024
Elecciones 2024

Las próximas elecciones de medio término en Estados Unidos para renovar la Cámara Baja del Congreso, un tercio del Senado y 34 gobernaturas, que hasta haced unos años registraban hasta un 50% de abstencionismo, se convertirán en noviembre próximo en la antesala de un choque entre dos mundos.

Un mundo de la verdad y legitimidad, regido por la Constitución. El otro, oscuro, desafiante, obstruccionista, agresivo y dispuesto a hacer todo lo que sea posible para asaltar y conservar el poder.

Este es un movimiento nacido de la profunda frustración de Donald Trump, luego de la derrota que le arrebató un segundo término en la Casa Blanca, a pesar de injerencia del Kremlin, que intentó ayudarle a permanecer en la Casa Blanca. Todo esto mezclado con la manipulación de temas raciales, teorías de “invasión” y una presunta “conspiración mundial para implantar un nuevo orden mundial”.

Este es un movimiento siniestro y peligroso que fortalece la narrativa de Rusia, China, Irán y otros países, en el sentido de que la democracia no funciona y, como prueba, Estados Unidos se ha convertido en una democracia fallida, en la que la mitad del país no reconoce la legitimidad del presidente Joe Biden.

Se trata de una guerra entre un mundo que promueve y defiende la paz mundial y la legalidad, la armonía y preservación de la democracia, el desarrollo económico con oportunidades para todos; acciones para atenuar el cambio climático y el combate a regímenes autoritarios y populistas, así como el respeto a los derechos humanos en y la paz.

Es una visión de un mundo oscuro que trata de destruir logros conquistados al cabo de múltiples luchas por los derechos civiles y humanos de ese país, por la educación sexual, medidas de protección social como el matrimonio entre personas del mismo sexo. Es una visión que acusa a los demócratas de ejercer un liderazgo de izquierda y de promover una política de fronteras abiertas con el propósito de “cambiar la demografía de Estados Unidos”, con la intención de crear votos cautivos de inmigrantes, para eternizarse en el poder.

Es una visión del mundo que se origina en el narcisismo autoritario y dominante de Donald Trump.

Este oscuro movimiento encabezado por Trump, quien enfrenta un creciente peligro de consignación del Departamento de Justicia, fue repudiado por líderes republicanos de las dos Cámaras del Congreso que el 6 de enero de 2021 lo denunciaron y acusaron, responsabilizándolo de la insurrección armada y el cobarde Asalto al Capitolio.

Y después, a punto de perder su reelección, corrieron a implorar perdón, comprometiéndose a ayudarlo a remplazar a republicanos que no lo apoyaron, por candidatos extremistas radicales nacionalistas blancos y supremacistas, que difunden su mentira de “robo de elección” y aseguran que “Estados Unidos vive una decadencia, acelerada “por el liderazgo de izquierda,” de igualdad racial y de género que promueven los demócratas.

El choque de esos mundos, con interpretaciones antagónicas de una misma Constitución, estuvo a punto y podría generar una grave crisis de legitimidad, en caso de que triunfe la extensa conspiración de ultraderecha de Trump, que incluye intensas campañas de amenazas o persuasión contra funcionarios electorales, jueces, observadores y supervisores involucrados en el proceso, para sustituirlos por personas de probada “lealtad” y servilismo a Trump.

En esta elección, el 8 de noviembre, en la que el Partido Republicano probará la efectividad de su nueva estrategia, está en juego la elección de los 435 Congresistas, 34 de 100 Senadores, 34 de 50 gobernadores estatales, para períodos de 4 años y dos gobernadores -de Vermont y New Hampshire, donde los gobernadores son electos para períodos de solo 2 años.

También se eligirán legisladores estatales, alcaldes, iniciativas y una gran cantidad de cargos públicos locales, para los que el Partido Republicano ha nominado a una gran cantidad de candidatos, tratando de asegurar el éxito de iniciativas basadas en la “teoría crítica racial” y guerras culturales, modificar la política educativa, con la eliminación de libros de texto, especialmente sobre educación sexual, argumentando que “hace más vulnerables a los niños, porque coincide con prácticas de depredadores”.

La elección será seguida muy de cerca por brigadas republicanas de “integridad del voto”, conectadas por internet con una red de abogados, fiscales y jueces conservadores, leales a Trump, que tienen como objetivo minimizar las quejas demócratas y magnificar las republicanas, experimento que podría repetirse en la elección de 2024, ahora con el respaldo de una Suprema Corte de Justicia de la Nación, más radical y politizada.

Las audiencias del Comité Selecto 01/06 de la Cámara Baja han exhibido las mentiras, caprichos y hasta ataques físicos a agentes del Servicio Secreto que lo custodiaban, cuando se le impidió ir al Capitolio con los manifestantes.

Los dramáticos testimonios en vivo, grabados, documentos y toneladas de evidencias, cambia lentamente la percepción de la gente, que ahora comienza a comprender el impacto de su voto para el futuro de la libertad y la democracia en las elecciones intermedias que antes solo se consideraban como un referéndum al presidente en turno.

Las audiencias han tenido entre 17 millones y 20 millones de espectadores de televisión en horario prime time, con exfuncionarios de la Casa Blanca y exasistentes del presidente, que, con detalles, han revelado la falta de interés de Trump para frenar la violencia o su renuencia a condenar el asalto al Capitolio, distanciarse de los nacionalistas blancos y supremacistas y milicias, señalados como responsables, o a instruir al Procurador General, para que castigara a los responsables.

Por eso, con menos credibilidad cada día, más división, rechazo y mayor sumisión a un desprestigiado expresidente Donald Trump, el Partido Republicano intensifica su desesperada lucha por el poder, inundando las calles con propaganda impresa y controlando silenciosamente las casillas de votación.

*Texto reproducido con autorización del autor y publicadoo en LA Times