Elecciones 2024
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Terminan en estos días los fecundos años de Héctor de Mauleón como subdirector de la revista Nexos, tarea a la que lo invité hace más de una década, en octubre de 2008.

Han sido años extraordinarios de la revista gracias, en buena medida, a la pasión periodística y al talento literario de Héctor de Mauleón.

Todo lo que hay nuevo periodísticamente en Nexos ha venido en algún sentido de su mano. Su mirada renovó la mirada de Nexos, nos sacó a la calle, le dio un aire fresco a nuestra vocación de ser parte viva de la vida pública.

Por mi parte, fue un placer amistoso y una lección profesional ver a De Mauleón crecer como autor al tiempo que hacía crecer la revista, trayendo a ella asuntos memorables, invariablemente premiados por los lectores.

Los años en la subdirección de Nexos fueron prolíficos para el autor de El secreto de la Noche Triste (2010), El derrumbe de los ídolos (2010), Marca de sangre (2011), La perfecta espiral (2011), La ciudad que nos inventa (2015), Roja oscuridad (2015) y los celebrados volúmenes de La ciudad oculta (2018).

Dentro y fuera de Nexos, De Mauleón ha sido el puntual cronista del tiempo que le tocó vivir, nuestro tiempo. Ha tenido la oportunidad del periodista, el refinamiento del escritor y el valor del ciudadano libre.

Ha mirado de frente, como nadie, día con día, el rostro por momentos intolerable de la violencia que enluta al país y ha sabido tocar, al mismo tiempo, la historia íntima y entrañable de la ciudad en que vive.

De Mauleón deja su posición editorial en la revista Nexos para tomar el mando de su propia obra en un momento único de madurez y reconocimiento como autor.

Hemos conversado sobre la estación que sigue: su proyecto de escritura de la violencia que ha marcado su biografía y ocupa ahora su imaginación, la clase de libro que todo escritor quisiera tener entre manos, un libro capaz de hablar de la vida de todos.

Este autor en estado de gracia requiere del tiempo que consumen sus tareas editoriales en Nexos. Al autor que toma el mando de su obra le decimos al mismo tiempo gracias y bienvenido.