Elecciones 2024
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Las segunda mitad del sexenio se estrena con clara parcelación partidista.

Ya quedó claro que los ánimos negociadores de la LXII Legislatura no serán precisamente los mismos que podrían estar presentes entre los nuevos diputados que ahora se estrenan en San Lázaro.

De entrada, los más estridentes y rupturistas ya tienen un partido donde no tienen que lidiar con corrientes más moderadas de la izquierda. El partido de López Obrador nunca escondió sus intenciones de ir a bloquear y oponerse a todo lo que el caudillo repruebe. Son pocos pero se harán notar sin lugar a dudas.

Si el gobierno de Peña Nieto se estrenó con la firma del Pacto por México, que de hecho permitió dar paso a las mejores reformas de esta administración, esta segunda mitad legislativa del sexenio se estrena con una clara parcelación partidista.

El discurso de Jesús Zambrano, quien en su calidad de presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados sugirió el regreso de las comparecencias presidenciales al momento de rendir el informe del estado que guarda la nación, encolerizó al partido en el gobierno y satélites partidistas que le acompañan.

Y si el PRI se enoja y manda a una diputada a decirle traicionero al perredista es porque ya no los necesita el resto del sexenio, ante la realidad de que ya tienen las reformas constitucionales que querían y que para todo lo demás tienen su propia mayoría.

Porque lo cierto es que lo dicho por Zambrano no es muy diferente a lo que este mismo personaje indicó en su discurso, y ante el presidente Peña Nieto, el día de la firma del Pacto Por México. Sólo que ese día, todos, incluidos los priístas, le aplaudieron a rabiar.

Subirle el costo al debate legislativo una semana antes de recibir el paquete económico marca la pauta de lo que viene.

Desde el gobierno federal confirmaron que la iniciativa de Ley de Ingresos llegará al Congreso sin una sola propuesta de modificación en las tasas impositivas, lo que no significa que no se propondrán cambios que hoy están acordando con el sector privado.

Morena expone que el presidente propondrá IVA en alimentos y medicinas. Lo hacen sabiendo que eso es mentira, pero de eso vive su discurso tramposo.

Sin embargo, los partidos opositores firmantes del Pacto por México sí tienen en sus planes hacer propuestas fiscales, que evidentemente no gustarán ni al gobierno ni a su partido. Pero no tienen nada de qué preocuparse ante las matemáticas legislativas de tener más aliados que opositores.

No es el final de la negociación política, por supuesto, pero a partir de ahora los caminos del PRI-gobierno y los opositores se vuelven a separar. Todos lo hacen pensando en el futuro político que tiene su clímax en el 2018.

Puede ser que el paquete económico logre consensos al final del día, tanto en la parte de ingresos, donde participan diputados y senadores, como en el apartado del gasto de competencia exclusiva de los diputados. Claro que habrá un jaloneo, porque aquí cada quien querrá imponer su estilo.

Pero en otros aspectos como el combate a la corrupción evidentemente habrá diferencias notables, porque no es lo mismo ser gobierno que opositor al momento de pretender apilar leña verde para quemar funcionarios públicos.

Por eso es que hoy no se hablan tan bonito como al principio del sexenio, porque hoy ya no se necesitan como lo requerían hace apenas tres años atrás.