Pero el juez Víctor Manlio Hernández Calderón exoneró a Garduño por la causa penal que se le había abierto (237/2023) y ni siquiera lo obligo a reparar el daño a las víctimas del incendio, como exigió la defensa de los familiares de los muertos
Se ve mal que en México pueda dirigir Migración alguien como Francisco Garduño, quien hasta el viernes tenía que acudir a firmar semanalmente ante el Poder Judicial, no cambiar de domicilio, y tomar cursos de derechos humanos y protección civil.
Será en junio que la 4T controle todos los jueces, pero ya libró de la cárcel a uno de los suyos: Garduño ganó el juicio por el incendio de la estación migratoria que dejó 40 muertos. López Obrador lo había adelantado: “Garduño es buena gente”.
Peor: Garduño permanece como director del Instituto Nacional de Migración, aunque estaba bajo proceso en el Centro de Justicia Penal Federal en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde fue exonerado, tras ocho horas de audiencia.
El director designado por la nueva administración, Sergio Salomón, aparece como escudero de Garduño en los eventos oficiales, como ocurrió el tres de enero, durante la presentación de la estrategia migratoria a seguir tras deportación masiva de mexicanos en EU.
El mismo gobierno mexicano que mantiene a Garduño en el Instituto Nacional de Migración, le exige a Estados Unidos un trato digno a los migrantes connacionales allá. La verdad es que Garduño es una mancha en al área de migración del país.
Sí: en el momento humanitario más sensible para la migración en la historia de México, la intervención de López Obrador para salvar de la cárcel y, además, mantener a su protegido en el INM, entorpece la gestión del actual gobierno en ese tema crucial.
Insistamos en que Garduño continua de contrabando en el cargo a Francisco Garduño, pese a que bajo su gestión murieron quemados vivos 40 migrantes: no tiene autoridad moral ante los migrantes y sus familiares
Y tampoco tiene la capacidad necesaria para seguir en el cargo, porque el incendio ocurrió, debido a que eran laxos sus controles de evaluación y de confianza del personal, ni comprobaba perfiles éticos. Su único sostén es López Obrador.
Sus omisiones y negligencias causaron la muerte de los 40 migrantes, en una celda cerrada y cuya llave jamás nadie tuvo a mano, y las estaciones migratorias parecían campos de concentración: hacinadas, dirigidas por personal inepto, trampas mortales.
Garduño ha sido exonerado por un juez, pero fue responsable moral de la tragedia: eran relajados sus controles de evaluación y de confianza del personal; no calificaba a aspirantes a ocupar plazas, ni comprobaba perfiles de personalidad y éticos.
Pero el juez Víctor Manlio Hernández Calderón exoneró a Garduño por la causa penal que se le había abierto (237/2023) y ni siquiera lo obligo a reparar el daño a las víctimas del incendio, como exigió la defensa de los familiares de los muertos.
¿Por qué tiene tanta suerte?
Porque es protegido por López Obrador.