Elecciones 2024
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Ford trasladará a México la producción de todos sus autos pequeños, anuncia Mark Fields. No se saldrá con la suya, contesta Trump: le aplicaré un impuesto de 35% cuando llegue a la Casa Blanca. Es la lógica del negocio contra la propuesta política de un candidato en ascenso, ¿quién ganará?

El traslado de la producción de Ford es una decisión estratégica. La automotriz se ahorrará 1,300 dólares por automóvil compacto que produzca en México. Al año serán 300 millones de dólares, según The Wall Street Journal. El promedio de salario por hora en Estados Unidos para un trabajador de la industria automotriz son 23.83 dólares; en México son 3.29 dólares por hora. Hay una inversión de 1,600 millones de dólares para una planta nueva que empezará a producir en 2018 en San Luis Potosí. Generará 2,800 empleos directos. Ford podría recuperar su inversión en un poco más de cinco años, sin contar los incentivos gubernamentales que recibirá.

Las declaraciones de Donald Trump son también parte de una estrategia: el republicano quiere ganar en los estados industriales tradicionales. Michigan es uno de ellos. Entrega 16 votos electorales, 6% de los 270 votos necesarios para ganar la Presidencia en 2016. Desde 1988 ese Estado no da el triunfo a un candidato republicano, pero las cosas se están volviendo favorables para Trump. La distancia entre el republicano y Clinton se ha reducido a 3 puntos porcentuales, según la encuesta más reciente del Detroit Free Press, es la menor brecha entre los dos principales candidatos y es menor al margen de error de la encuesta. Donald Trump ha hecho más visitas de campaña a Michigan que Hillary Clinton y ha gastado más en publicidad en ese Estado.

Es la lógica del negocio automotriz en el contexto del NAFTA versus la lógica de la competencia política. El presidente de Ford asegura que no se perderán puestos de trabajo en Estados Unidos. Recuerda que esta empresa tiene planes para invertir 9,000 millones de dólares en once plantas de Estados Unidos, de los cuales 4,800 millones estarán en Michigan. En total, proyectan crear alrededor de 8,500 empleos.

Donald Trump apuesta por capitalizar el miedo al futuro de los trabajadores de una industria que está viviendo una ola de cambios, entre ellos la mudanza de procesos y plantas a países de menor costo más la automatización y llegada de robots a las fábricas. Está teniendo éxito, a pesar de ser un empresario multimillonario, gracias a la desconfianza de los trabajadores en las promesas de las grandes corporaciones. Es un caso de economía conductual: ellos dan por hecho la mudanza a México de la producción de autos chicos, pero dudan que las inversiones de Ford en Estados Unidos traerán beneficios para ellos.

No sería fácil para Trump aplicar el impuesto de 35% a los autos que vienen de México. Para que esto ocurra, los legisladores de Estados Unidos deberían acabar con el NAFTA tal y como lo conocemos. No será fácil, pero sus palabras hacen mella en una población que está enojada contra el Gobierno y las grandes corporaciones. 2016 es un año raro. Ya lo vimos en el Brexit: los argumentos de racionalidad económica cuentan poco. No sirven para convencer ni para calmar a aquellos que tienen rabia contra la globalización y quieren un regreso al proteccionismo. Ahora es Ford contra Trump, pero está pelea es parte de una batalla más grande. No apuesten que la razón ganará: Estamos viviendo tiempos raros.