Elecciones 2024
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Los días de este lluvioso verano se han ido tan torpes y largos, que tardé un mes en recordar la fecha de muerte de Eliseo Alberto: 31 de julio.  Pero los muertos que uno quiere, cobran esos olvidos. Y juegan a que no te ven, cuando los buscas, a tientas, como un ciego buscando la luz.

Sin embargo, ahora que muchos no se dan cuenta de que algo se desvanece, de tanto que perdemos sin hacer más que meter la cabeza bajo el ala, saldo el descuido con mi perenne amigo, retomando uno de sus párrafos imprescindibles:

La ultima bofetada en pleno rostro fue dada en Moscú cuando la invencible Unión Soviética desapareció del mapa y no hubo ni un solo bolchevique ni un solo comunista ni un solo camarada ni un solo veterano de la gran guerra patria ni un solo bailarín del Bolshoi ni un solo héroe del trabajo ni un solo diplomático ni un solo koljosiano ni un solo estudiante universitario ni un solo general de mil estrellas ni un solo genio del ajedrez ni un solo albañil del proletariado ni un solo francotirador ni un solo malabarista del Gran Circo Ruso ni un solo cirujano ni un solo pedagogo ni un solo centinela de la Siberia ni un solo almirante de la armada ni un solo campeón olímpico ni un solo levantador de pesas ni un solo artista emérito del pueblo ni un piloto de un cazabombarderos ni un solo politólogo ni un solo konsomol ni un solo miliciano ni un solo cosmonauta ni un solo leninista ni un solo estalinista ni un solo espía de la kagebé ni un solo guardia rojo ¡ni un solo loco! que defendiera con una hoz o con un martillo las conquistas de la Revolución de Octubre.

Se puede leer ¡Hay que leerlo! en Informe contra mi mismo (Alfaguara), las memorias de Lichi sobre Cuba, que cobran vitalidad impar hoy, cuando los populismos se quitan la máscara democrática.

Encuentro otro párrafo irremplazable: la primera decepción de Ortega en la Nicaragua que se deshace en nuestras narices, y hacemos como si con nosotros no fuera:

La ultima piñata de la fiesta revolucionaria se rompió en Nicaragua cuando el Colegio Electoral anunció la derrota popular de los comandantes sandinistas, en breve convertidos en los empresarios, hacendados y publicistas. Los mejores combatientes renunciaron a la militancia del Frente y se retiraron abochornados por la rapacidad de sus antiguos jefes. Los peores hoy se piden las cabezas unos a otros, se insultan en la prensa y se consumen en los vinagres de la envidia. “Asipués” acabaron odiándose pero ricos hasta morir, como Somoza.

Ay, Lichi …

Tú, y tus párrafos que reviven.