Aunque el vocero Eduardo Sánchez asegure categórico que nadie encontrará una propiedad del presidente Peña Nieto que no esté registrada en su declaración patrimonial, la sospecha de corrupción parece multiplicarse geométricamente reportaje tras reportaje. No es ahora la casa en el club de golf de Ixtapan de la Sal. Es la creencia de que hay … Continued
Aunque el vocero Eduardo Sánchez asegure categórico que nadie encontrará una propiedad del presidente Peña Nieto que no esté registrada en su declaración patrimonial, la sospecha de corrupción parece multiplicarse geométricamente reportaje tras reportaje.
No es ahora la casa en el club de golf de Ixtapan de la Sal. Es la creencia de que hay más. No es el gancho al hígado que acaba de descargar el Wall Street Journal a un pugilista que ya mordió dos veces la lona. Es la sensación de que no ha terminado el primer round de una pelea a 15. No son los 372 mil dólares que pagó por la casa. Es, de nuevo, la dinámica de que el vendedor se convirtió en proveedor selecto de las administraciones peñanietistas.
Es que un escándalo de corrupción sucede a otro, recalcaron ayer los panistas en distintos espacios, mientras pregonaban gozosos la cercana llegada al Congreso de su Sistema Nacional Anticorrupción para que los corruptos no queden impunes. Ni siquiera tienen necesidad de mencionar por su nombre al presidente Peña Nieto.
—Porque es terrible el déficit de confianza, credibilidad, transparencia –me dice Gustavo Madero en su regreso a la presidencia del blanquiazul—. Es terrible la incapacidad para explicarle a la ciudadanía los conflictos de interés. Son terribles las prácticas que lastiman al ciudadano que se da cuenta de los privilegios de los amigos del gobierno. Es terrible la falta de autoridad de un gobierno con solamente dos años.
Coincido en general con Madero y los panistas. En el mundo de las percepciones, se va fijando la imagen de un gobierno del que apenas comenzamos a descubrir unos centímetros de su sucia, larga cola.
Un gobierno con el viento y el tiempo en contra. El aterrizaje de los supuestos beneficios de las reformas tomará meses, si no es que años. En cambio, tiene en puerta unas elecciones que cada día asumen más la forma de plebiscito. Y no es difícil imaginar el sentido del voto de quienes no sientan las reformas en sus bolsillos, pero se sepan de memoria las historias de Las Lomas, Malinalco, Ixtapan de la Sal.
EN MENOS DE 140. No sólo Encinas dejará hoy el PRD. Renunciará también una mujer emblemática.
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