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John Kerry, enviado presidencial estadounidense para asuntos climáticos, salió muy contento de Palacio Nacional porque, otra vez, el Presidente de México se comprometió con las energías limpias, pero tan pronto como se cerró la puerta detrás de él, López Obrador anunció el final del Horario de Verano que, entre otros beneficios, ahorra energía sucia.

No puede ser ingenuidad lo que mueva al gobierno de Estados Unidos frente al régimen mexicano que probadamente ha demostrado su desinterés en promover acciones que ayuden a frenar el ritmo del cambio climático.

La promesa con la que salió este influyente funcionario de La Casa Blanca es que durante los próximos días López Obrador va a anunciar un plan para dar la bienvenida a las inversiones privadas en energías limpias.

Es exactamente lo contrario de lo que promueve la contrarreforma energética de López Obrador, esa que fracasó en su intento de cambio constitucional pero que recibió un oxígeno inesperado de parte de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Kerry pudo haber llegado frente al Presidente con estos datos, que recientemente recordó México Evalúa, sobre cómo la Comisión Federal de Electricidad es causante de 17% de las emisiones de CO2 de todo el país.

Datos de la firma Sustainanalytics que muestran que Pemex es la empresa petrolera más riesgosa del mundo y la propia CFE no se queda atrás con niveles que sobrepasan los máximos permitidos.

Simplemente, en materia ecológica recientemente la Agencia Espacial Europea demostró al gobierno mexicano que Pemex liberó intencionalmente a la atmósfera 4,000 toneladas de metano en sus plantas marítimas del Golfo de México.

Pero todo eso lo sabe el presidente López Obrador. Pero bajo la óptica presidencial eso es un mal menor en comparación con el beneficio de la transformación de un ambiente de competencia y promoción de las energías limpias, tal como lo contemplaba la reforma del 2013, a un ecosistema donde prevalezcan las paraestatales monopólicas del  Estado, sin visión empresarial, pero con harto nacionalismo.

Seguro estamos en la antesala de una mañanera en la que el presidente ponga como parte del elenco del día a los titulares de Energía, Pemex y CFE a repetir su plan energético. Bajo la rectoría del Estado la petrolera y la empresa eléctrica invitan a los privados a arriesgar sus capitales bajo el mando de los burócratas de la 4T.

Ahí dará por atendida la amable petición de John Kerry en su reciente visita.

Volverá a decir que todas esas toneladas de combustóleo y carbón que se queman son una invención conservadora para desprestigiar el trabajo del gobierno más ecológico de la historia mexicana.

Esto, de verdad, no puede ser ingenuidad por parte de La Casa Blanca. Algo más debe advertir la administración de Joe Biden al gobierno mexicano si no cumple con sus compromisos, tanto con las empresas estadounidenses, con el acuerdo comercial trilateral y con el medio ambiente.

No será con malos tratos como la administración demócrata hará palpables sus diferencias con el régimen de López Obrador, pero difícilmente se quedarán con los brazos cruzados.

Adiós al Horario de Verano

Iniciativa

El Presidente se comprometió con las energías limpias ante John Kerry, pero este lunes anunció que enviará al Congreso una iniciativa para poner fin al Horario de Verano.

Argumento

El jefe del Ejecutivo afirma que no hay beneficios del Horario de Verano, pues representa un ahorro de electricidad de apenas 0.2% del consumo nacional.

Salud

La Secretaría de Salud presentó un estudio en el que asegura que el horario causa trastornos de sueño, de conducta, hormonales y el riesgo de infarto durante las primeras semanas.