Narcisista, intolerante e impulsivo, el expresidente Trump se resistía a creer el vuelco que dio su campaña por la Presidencia de Estados Unidos y su comité de campaña realmente no encuentra una estrategia adecuada para atacarla
Estados Unidos vive una atípica campaña presidencial histórica, asimétrica … e histérica.
Como toda una serie de eventos políticos y militares que roban la calma, conmocionan y estremecen al mundo.
Como la masacre cotidiana de valerosos Ucranianos, ahora temerosos del uso de armas nucleares tácticas, por parte de Rusia; como el también cotidiano baño de sangre de inocentes niños, mujeres y ancianos Palestinos y ataques unilaterales del primer ministro Israelí Benjamin Netanyahu, a Iran, Líbano y Yemen; los disturbios en Gran Bretaña o manifestaciones contra el fraude electoral en Venezuela.
Esta inédita campaña presidencial estadounidense, ha venido pletórica, de impensables e inimaginables sorpresas y vertiginosos cambios.
Desde aparentes triunfos, efímeros, a frustrantes y desconcertantes derrotas, que inyectan tensión, acentúan la confrontación, preocupación e incertidumbre sobre el resultado final del proceso electoral del 5 de noviembre, porque han movido ligeramente, avances y preferencias en las encuestas.
A menos de 20 días de que el expresidente Donald J. Trump, triunfante en el Primer Debate Presidencial, victimizado tras el atentado contra su vida, en Butler, Pensilvania y cobijado por el Partido Republicano, daba la impresión de que sería el candidato ganador, ante la sonrisa burlona de sus partidarios, todo cambió.
Tras el ejemplar acto de patriotismo, en que el presidente Joe Biden abandonó su campaña por la reelección, pasando la estafeta y endosando a la vicepresidenta Kamala Harris, primera mujer procuradora estatal de California, primera mujer y primera persona de color que ocupa la Vicepresidencia de esta superpotencia y que, parece enfilarse, impulsada por un abrumador apoyo de votantes Republicanos, Independientes y Demócratas, que clamaban un candidato mas joven, a convertirse en la primera mujer presidente de Estados Unidos y Primera mujer de color que dirige los destinos de esta nación.
A unas cuantas semanas de haber iniciado la lucha por la nominación, la ahora vicepresidenta Kamala Harris, logró -como los jugadores emergentes- cambiar el marcador, que comenzaba a aterrorizar a los demócratas.
Este martes, la Sra. Harris anunciaría a su compañero de fórmula, que fuentes indican, podría ser el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, Tim Waltz, gobernador de Minnesota, JB Pritzer, gobernador de Illinois, Andy Beshear, gobernador de Kentucky, el senador Mark Kelly, de Nuevo Mexico o el actual secretario de Vivienda Pete Duttigieg.
De encuestas que favorecían a Trump, Harris logró revertir los números en estados “columpio” como en Wisconsin, donde una encuesta de la cadena Fox News la ubicó con 49% sobre 47% de Trump, en Pensilvania, con 49% contra 46% de Trump, en Minnesota, 51% contra 43% de Trump y en Michigan, con 57% contra 47% de Trump.
Un cambio radicalmente opuesto al del mes anterior, que el expresidente Donald Trump no pudo digerir.
Nate Silver, reconocido experto electoral como su pagina FiveThirtyEight , predice que Kamala podría ganar el voto popular y tiene grandes posibilidades de triunfar en Michigan, Wisconsin y Pensilvania, vitales para alcanzar los 270 votos del Colegio Electoral, aunque runa situación cerrada como el Año 2,000 podría dejar la elección en manos de la Suprema Corte de Justicia.
Sin embargo considera que ahora Trump tiene 61% de posibilidades contra 38.1% de Kamala, que considera, podría aumentar, con una buena campaña como la que impulsa.
Y es que tan pronto como la vicepresidenta Kamala Harris anunció su deseo de contender por la nominación, comenzaron a fluir grandes sumas de contribuciones de campaña.
Sólo durante el mes de Julio, que terminó, la vicepresidenta Kamala Harris recaudó 310 millones de dólares, contra solo 139 millones de Trump, quien iracundo, frustrado y angustiado por el dramático cambio, primero rechazó el acuerdo con la cadena ABCNews, para sostener un segundo debate.
A cambio, propuso que el debate se hiciera en FoxNews, la cadena que mas le favorece, con los moderadores que él seleccionara y abierto al publico, con la intención de montar un circo, en el que, lejos de contestar preguntas, diría cuanto quisiera, lo que no pudo lograr.
Kamala Harris lo reta a que respete el compromiso que se adquirió y que acuda al debate el 10 de Septiembre, en la Cadena ABCNews, donde, de no acudir, ella será entrevistada.
Trump argumenta que la renuncia del presidente Joe Biden a la contienda, “n o es justa, porque él hizo toda su campaña para golpearlo y ganarle”.
Reflejando toda la angustia, frustración, preocupación e incertidumbre que vive, Trump sacó de nuevo su viejo manual de cobardes ataques misóginos y racistas, con ofensivas mentiras ilimitadas, repetidas por el coro de obedientes y disciplinados legisladores y gobernadores republicanos que manipula, Trump acusó a la vicepresidenta Harris, de ser “ultra liberal, radical liberal, mentirosa y un peligro para la democracia,” que “los votantes deben rechazar.”
Con su tradicional irreverencia y falta de respeto, lejos de la “civilidad política y buenos modales” a que se había comprometido tras su atentado, acusó a Harris de “ser la fuerza oculta detrás de cada catástrofe de Biden.”
Y la verdad, es que Harris, ha desenmascarado una triste realidad de Trump: que fuera de sus insultos, infamias y acusaciones falsas, el expresidente carece de una auténtica plataforma ideológica, de un plan de gobierno, de propuestas constructivas, lo que marca mas el contraste entre una Fiscal de Hierro, educada, consciente de las Leyes y respetuosa de la Constitución y un expresidente que claramente llegó a la Casa Blanca con apoyo de propaganda Rusa y que sirvió mas a la agenda de Vladimir Putin, contra la OTAN, que al interés de Estados Unidos.
Incapacitado para dar batalla en otro campo, Trump tuvo la osadía de asegurar en la Convención Nacional de Periodistas Negros, en Chicago, que Harris, cambió, de ciudadana India a negra, sólo por interés político, lo que le ganó un abucheo general y un retiro del apoyo que muchos le habían dado, por su falta de respeto a las mujeres.
Aún así, Trump repitió sus ataques contra la vicepresidenta Harris en eventos en Charlotte, Carolina del Norte, en Atlanta, Georgia y lo seguirá haciendo porque es cuanto sabe hacer, solo que ahora viendo con angustia el colapso de apoyo entre independientes, cruciales en esta elección.
Y es que las cosas se complican mas para el expresidente Trump, con la revelación del termino de una investigación criminal secreta, de la que poco se informó para dejar que expirara, por haber recibido ilegalmente 10 millones de dólares en efectivo de Abdel Fatah El Sisi, presidente de Egipto, en enero de 2017, antes de asumir la Presidencia, que utilizó para invertir en su campaña por la reelección, como préstamo personal suyo, a condición de que luego se le pagara.
Trump también enfrentó el impacto negativo por la publicación de un libro, de otro integrante de su familia, Fred Trump III, quien denunció al expresidente de pensar que “personas con algún tipo de discapacidad,” como su hijo William Trump, de 25 años de edad, “no deberían vivir, por la condición en que están y los enormes gastos que generan.”
Fred Trump III, hijo de Fred Trump II, hermano del expresidente, es hermano de Mary Trump, sobrina de Donald Trump, quien basándose en grabaciones de la exFiscal y Magistrada Federal, ya fallecida, Maryanne Trump Barry, hermana del expresidente, en las que aseguraba y advertía que su hermano “carecía de empatía, valores y fundación moral, que no le hacen confiable y menos para la Presidencia”, publicó otro libro, intitulado “Mucho y Nunca Suficiente: Como mi Familia Creó al Hombre Mas Peligroso del Mundo” que fue un best seller.
Inicialmente, Fred Trump no estuvo de acuerdo con la publicación de su hermana, considerando que los asuntos familiares debían tratarse discretamente y en privado.
Pero dice haber llegado a la conclusión de que, como Mary, su hermana necesita advertir a los votantes los problemas de conducta que hacían de Trump una persona no apta para ocupar al Presidencia de Estados Unidos.
Narcisista, intolerante e impulsivo, el expresidente Trump se resistía a creer el vuelco que dio su campaña por la Presidencia de Estados Unidos y su comité de campaña realmente no encuentra una estrategia adecuada para atacarla, mientras el tiempo transcurre vertiginosamente hacia lo que, todo apunta ahora, podría ser una segunda derrota electoral para Trump, quien, ha anticipado, podría “desatar la furia infernal” para tomar el poder a costa de lo que sea.