Elecciones 2024
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Esta nota que a continuación leerán viene de manera directa del cuarto de guerra (war room) del personaje que tiene cabellera de estropajo y animadversión por todo lo que sea hispano. La malquerencia se exacerba hasta convertirse en odio si se trata de lo mexicano. Nieto de un inmigrante alemán, ahora finge demencia y no simpatiza con los inmigrantes; algunos creen que la demencia no la finge, la posee. Sea como sea, gracias al trabajo de su abuelo alemán y, sobre todo, al capital inmobiliario que forjó y le heredó su padre, quedó forrado en dólares, tiene una fortuna personal de 10,000 millones de dólares, lo cual lo pone en el salón de los ricos entre los ricos, aquellos que pertenecen al 1% de estadounidenses que manejan 40% de la economía de su país, aunque él como empresario ha fracasado por lo menos en cinco negocios.

Él quiere ser presidente de América, como sus habitantes insisten en llamar a su país; ignorando que dos de sus presidentes, John Q. Adams y James Monroe, usurparon el nombre de América como si don Cristóbal Colón y don Américo Vespucio hubieran sido contratados por ellos para que les descubrieran poco más de 200 años después el continente cuyo nombre escamotean. América comienza en el Océano Glacial Ártico (Groenlandia) y termina en el Archipiélago de las islas Diego Ramírez al sur de Chile. Generosos que somos los pobladores de América —que en su mayoría hablamos español— les damos chance de que utilicen el nombre de nuestro continente del que ellos forman parte —como un país más— antecediendo las palabras Estados Unidos de… Aunque en rigor y según su posición geográfica deberían ser Estados Unidos de Norteamérica, considerando que ésta es la zona territorial que comparten con México, Canadá y su estado libre asociado: Alaska.

Pero ya le estoy dando muchas largas a la nota que mi corresponsal me envía desde la casa de guerra del precandidato del Partido Republicano, Donald Trump. Él me mandó una grabación con la que trataré de hacer una crónica.

En la oficina están reunidos el director de la campaña de Donald Carey Lewandowsky; lo acompaña uno al que llaman Glassner y que según mi investigación es Michael Glassner, el director político, así como una mujer, Hope Hicks, secretaria de Prensa. Comentan cómo les fue en el segundo debate y en general como marcha la campaña hasóta la fecha.

—El enfrentarse a Jeb Bush reprochándole que a su hermano le haya tocado ser presidente el 11 de septiembre del 2001 me parece un tremendo error porque eso le podría haber pasado a cualquiera.

—Acabo de recibir una encuesta—dice Hope Hicks—, después del debate nuestro candidato perdió casi ocho puntos. Su ataque sobre Carly Fiorina en la revista Rolling Stone cuando la vio por televisión y comentó: “¡Miren qué cara! ¿Alguien votaría por eso? ¿Pueden imaginar a nuestro nuevo presidente con esa cara?”. Nunca debió haber dicho eso de una mujer que ha destacado en el mundo de los negocios. Es directora ejecutiva de Hewlett- Packard. Además también insultó a Rosie O’Donnell y a Heidi Klum.

En esas están cuando llega el candidato. Hola equipo, ¿cómo vamos?

Te tenemos malas noticias, estás bajando en las encuestas; entre las mujeres, sobre todo, por lo que dijiste de Carly Fiorina.

—Pero te apuesto a que subí en la de los hombres, sobre todo en todos aquéllos que tienen una jefa fea y amargada como Carly…

—Se acercó en las encuestas—, la defiende Hope. También se está acercando Ben Carson.

—Un negro republicano es como un mexicano que no sea frijolero.

—Una publicación mexicana quiere saber cómo piensas hacer la depuración entre los mexicanos que podrán vivir en América.

—Lo primero que pienso hacer es desalojar a todos los mexicanos. Todos a su horroroso país. Enseguida, hacer la barda que cubra toda la frontera.

—A ese respecto—, habla Hope— tengo una encuesta que dice que no es positivo hacer la barda.

—¿Por qué?

—Porque los americanos de origen mexicano pintarían en ella de costa a costa, cada 20 metros, el siguiente letrero: “It’s queer who reads this” (traducción: Puto el que lo lea).

—Para entonces ya dejaríamos pasar a los mexicanos buenos y les pagaríamos por borrar los letreros. Ahora vamos a prepararnos para el nuevo debate. Vamos a hacer lo que hicimos el día de mi lanzamiento: contratar actores para ponerles camisetas con mi nombre y gorras y darles pancartas que me apoyen, y así llenar toda la calle para que me reciban cuando menos 500 admiradores.

—Lamento darte la otra mala noticia Donald—, el que habla es Lewandowsky al tiempo que saca una carpeta. —Tenemos una demanda en el Departamento de Patentes Industriales y Políticas.

—¿Una demanda? ¿De quién?

—Del Partido Revolucionario Institucional de México. Nos demanda por 500 millones de dólares por plagio. Mira, aquí está la firma de su presidente, Manlio Fabio Beltrones.

—¿500 millones por plagio?

—Sí, aquí viene una copia de la patente que registraron hace 70 años para contratar gente no perteneciente a su partido con el objetivo de vitorear candidatos y simular apoyarlos.

—Estos mexicanos, cuando tú vas, ellos vienen de regreso.