Elecciones 2024
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El mes de agosto inició rudo para muchos países en el mundo, el aumento en las cifras de muertos por Covid19, el desempleo, las lluvias, o la caída de un avión en la India y sobre todo la explosión en el puerto de Beirut que dejó más de 100 personas fallecidas, 5 mil heridos y muchísimos desaparecidos.

La labor de coordinación de las Embajadas deben estar orientadas a crear un diálogo directo entre los Jefes de Estado, Presidentes o Ministros según sea el caso, de quienes han sufrido algún tipo de devastación en sus territorios, para guiarlos hacia acciones en que se solidaricen y se impulsen reformas o acuerdos económicos y/o de salud.

Las visitas de los líderes de cada país a zonas asoladas por tormentas, inundaciones, explosiones o cualquier tipo de devastación, son claves, no solo para iniciar una revisión exhaustiva que los lleve a dar órdenes puntuales para la recuperación de las zonas y el apoyo de la gente.

Aparte del tema empático y de cercanía con su pueblo. No es lo mismo enviar las órdenes desde la Oficina Presidencial, a estar presente movilizando tropas, arremangándose la camisa, quitándose el saco y escuchando el lamento de las personas afectadas.

Me pareció interesante la imagen que hoy les presento, en donde aparece el mandatario de Líbano, Michel Aoun, junto con el mandatario de Francia, Emmanuel Macron, y elementos de las fuerzas armadas locales, más equipos de trabajo de ambos.

Lo curioso es que quien supo manejar el momento, fue el mandatario francés, quien se quitó el saco, se arremangó su camisa blanca y se puso en la primera línea para entablar un diálogo directo con el jefe o comandante de las fuerzas armadas del Líbano.

Macron es el primer mandatario internacional que visita la zona cero del desastre, y dado el pasado de Líbano como antigua colonia de Francia, la importante semejanza en la Constitución con la francesa junto con sus sistema de cuotas políticas.

Es decir, el presidente francés, sabe que es importante mantener ese “cuidado” y esa atención para continuar con reformas y acuerdos políticos y económicos entre ambos, sin embargo, a algunos líderes de Líbano sintieron esto como un oportunismo total.

Ahora, ya contextualizados, es momento de observar a detalle la imagen capturada por Dalati Nohra de la agencia EFE.

¿Empatía u oportunismo? - emmanuel-macron
Emmanuel Macron. Foto de EFE/EPA/DALATI NOHRA.

La seguridad como un elemento primordial para garantizar la seguridad de ambos mandatarios, dado el ambiente de inseguridad,  tenían que estar presentes, unos uniformados, armados y otros vestidos de civil con trajes y corbata pero atentos a los movimientos de alrededor.

Macron es uno de los presidentes actuales que ha sabido manejar su imagen como líder de estado en todos los ámbitos políticos, su comunicación visual, su estrategia constante de posicionarlo como alguien cercano, cuidadoso y ejemplar.

Se coloca al frente, mueve las manos hacia el frente, una la cierra como enumerando acciones o puntos importantes, mientras que la izquierda sirve de apoyo.

Trae bien colocado su cubre bocas y su posición es como si él fuera el que tuviera el control de la situación.

Claro, él es el visitante, pero su actitud y sus posturas lo colocan como si fuera el local. Mientras que detrás de él se encuentran los líderes del país afectado, uno con el tapabocas abajo y el otro con lentes oscuros.

Podría usted pensar que es correcto pensar que Macron se aprovechó del momento y sobre todo sabiendo que frente a él tenía al grupo de prensa internacional que los siguió por el recorrido de la zona cero.

Puede ser, pero lo sabe hacer bien. Saber mostrarse y ser un referente.

A la hora de este tipo de eventos que llevan a una ciudad a un cataclismo total, los líderes deben de salir a las calles, dejar la elegancia en la oficina, las comodidades en casa y caminar por todas las zonas para ver y escuchar, y cuando digo ver no es utilizando lentes de sol, es viendo directo a la gente para que ellos los vean también.

El político suele ser inaccesible, inalcanzable y si es el presidente, aún más. Es mucho más que de hablar de cualquier rockstar, solo que aún siendo el más intocable, es el que debería de demostrar que su interés es ayudar, es “ser” gente.

Este también es un gran ejemplo para nuestros nuevos líderes en el poder, saber estar cuando la gente los necesita, y no pedirle a la gente que esté cuando ellos los necesiten.