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Un hombre pakistaní fue detenido por autoridades de la CDMX tras agredir a un israelí en el bar drama de la colonia Roma, CDMX
Internacional Detienen en Rusia a 70 personas que rezaban por Zelenski
Unos 70 miembros de ua secta religiosa fueron detenidos en San Petersburgo, Rusia, tras dedicar sus rezos al presidente ucraniano Zelenski
Nacional Balen a mujer en la colonia Asturias, CDMX
Una mujer fue herida por arma de fuego en calles de la colonia Asturias de la Ciudad de México este sábado 27 de diciembre
Nacional Procesan a dos custodios que trasladaban 37 mdp en efectivo en el Edomex
Los custodios Ivan "N" y José "N" no pudieron acreditar la legal procedencia de los 37 millones de pesos en efectivo
Nacional Marx Arriaga acusa intento de privatizar la educación en la SEP; hace un llamado a “rebelarse”
El director de Materiales Educativos de la SEP, Marx Arriaga, planteó crear los Comités para la Defensa de la Nueva Escuela Mexicana

 

Este fin de semana  los ojos del mundo estuvieron clavados en una base militar cerca de Anchorage, en Alaska: el presidente Trump recibió cordialmente y con alfombra roja a Vladimir Putin, el líder ruso. El encuentro no hubiera sido posible en otro país que no fuera Estados Unidos o Rusia: hay una orden de aprehensión en contra de Putin por la Corte Criminal Internacional, con sede en La Haya, por crimen de lesa humanidad al negarse a entregar cientos de niños ucranianos que capturó, envió a Rusia, y retiene ahí, desde el inicio de su guerra de invasión que ya entró en su cuarto año.

Los 125 países que han suscrito el Protocolo de Roma que dio origen a esta Corte en 2002 están obligados a arrestar a Putin en el momento en que pise su territorio. Ni Rusia ni los Estados Unidos aprueban esa sentencia.

De una manera u otra, la reunión de Alsaka fue un fracaso. Programada para durar por lo menos ocho horas, duró menos de tres, traslado en la limusina presidencial que se llama La Bestia, incluído. Pese a que a bordo del avión que lo llevó a Alaska, el presidente Trump dijo que si Rusia no accedía a un tratado de paz en Ucrania, enfrentaría serias sanciones, además de los aranceles que ya le impuso. No hubo acuerdo alguno, ni sanciones nuevas, según dijo ayer en Meet the Press de la televisión norteamericana Marco Rubio, secretario de Estado, porque no ayudarían en nada a la paz.

El punto que ha referido menos mención en todo este tobogán que no lleva a ningun lado, es que la paz en la invasión de Rusia de Ucrania se discute sin la participación… de Ucrania.

La historia está llena de ejemplos de este tipo: la presencia de un tercero. En 1938, en la ciudad de Munich, Francia, Inglaterra y Hitler entregaron la joven republica checoslovaca a Alemania, para impedir una guerra que ya sabemos en qué acabó. En 1945, en Yalta, Stalin, Roosevelt y Churchill se dividieron al mundo de la posguerra. Ahora, Rusia y los Estados Unidos no llegaron a un acuerdo para la paz.

El prolema es bien sencillo. Rusia se niega a desocupar el territorio que ha invadido al oriente de Kiiv, aproximadamente la quinta parte de Ucrania, en el Donetsk, a cambio de la paz; Wolodomir Zelensky no acepta ceder una pulgada de territorio. Mientras Zelensky no sea depuesto o asesinado, esto no cambiará. Especialmente, si la Unión Europea insiste en admitir a Ucrania como su socio, que es en lo que andan.

Después del fracaso de la cumbre de Alaska, hoy lunes Zelensky y el liderazgo de los europeos serán recibidos por Trump en la Casa Blanca. Por lo menos hoy la paz en Ucrania se discutirá en presencia de Ucrania. Claro, el otro contendiente, el invasor, no estará ahí.

Marco Rubio dijo ayer en la tele que la guerra de Ucrania no es una guerra de los Estados Unidos, y tiene razón. Pero también la tienen quienes aseguran que el principal interés de Trump en todo este asunto es lograr un acuerdo de paz, que le dé el premio Nobel de esa categoría. El tercer hombre.

PILÓN: PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Las explosivas afirmaciones de la otra semana del presidente Trump -”Canadá y México hacen lo que les digo que hagan”- no fueron muy lejos por las respuestas.

Claudia Sheinbaum se apresuró a decir, muy en el estilo del cuatrote, que en México “manda el pueblo”. Voy, voy, no me diga, presidente.

Mark Carney, primer ministro de Canadá fue más estadista, y dijo que lo que se hacía en Canadá es cosa de los canadienses. Lo cierto es que en Canadá no hay un sentimiento nacionalista tan fácil de azuzar como en nuestro país bananero. Pero, la economía de la frontera norte de los Estados Unidos ya está sufriendo un boicot de sus vecinos del norte; las visitas de canadienses han sido fuertemente canceladas.

No pasa lo mismo con las visitas de aquí pa´l norte.

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Sunday, August 17, 2025

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