Su falta de oficio político quedó nuevamente expuesta. A sabiendas de que es imposible que triunfe en la elección presidencial, adelantó que reconocer a la triunfadora… sin importar lo que digan las autoridades electorales
Descalso. Con una camiseta dry fit negra con vivos verde fosforescente y con su pequeño hijo a un lado, Jorge Álvarez Máynez pasaba desapercibido entre los chilangos atiborraban las inmediaciones del parque Luis Urbina.
Ni frenético, ni camuflado. El abanderado presidencia emecista había dejado el modo campaña y su mayor preocupación, a 12 horas de la apertura de las casillas, estaba vinculada al resultado de las dos Champions sabatinas que, minuto a minuto, siguió atentamente. Volcado a las redes sociales, dejó que Dante Delgado y José Manuel del Río Virgen se encargaran de la operación electoral.
En víspera del Día D, los ejércitos electorales ya habían iniciado las hostilidades. El primer diferenciados de los comicios con MORENA en el poder radica justamente en el uso de las fuerzas de seguridad para inhibir a la oposición. En la CDMX, los representantes panistas responsabilizaron directamente al fiscal, Ulises Lara, y al jefe de gobierno, Marti Batres.
Los operativos policiacos, para inhibir a los “mapaches” frentistas, visibilizaron el principal problema de la jornada electoral: garantizar que la ciudadanía acudiera a las urnas sin preocupaciones.
La sorpresa de la jornada comicial: la alta afluencia a lar urnas, que dio al traste a los pronósticos de una elección abierta. No fue un trámite. Y los vigilantes electorales ocuparon el espacio dejado por las dirigentes partidistas.
Maynez ni se acongojó en las horas críticas. Al votar en la casilla de su antiguo domicilio, en la colonia Condesa, recibió una muestra del rechazo popular a los políticos, clase a la que pertenece aunque no lo reconozca.
“¡Fórmese!” le pidieron los vecinos de la colonia Condesa, a su llegada a la casilla 4533. “¡Ni vives aquí!”, reclamaron
Su falta de oficio político quedó nuevamente expuesta. A sabiendas de que es imposible que triunfe en la elección presidencial, adelantó que reconocer a la triunfadora… sin importar lo que digan las autoridades electorales.
Hubo un comportamiento más censurable: la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, en un llamado desesperado, pidió a la ciudadanía salir a votar cuando faltaba una hora para el cierre de los centros de votación. En aquella entidad se renuevan las 125 alcaldías y los 45 distritos locales.
El paradigma electoral ha quedado completamente trastocado Ya comprobaremos si los jóvenes atendieron el llamado a las urnas. El voto bronca afloró en los estados grandes —CDMX y Veracruz, los ejemplos más notorios— y deberá obligar al oficialismo a modificar sus posturas.
La historia electoral fue distinta a la pronosticada por las encuestadoras. No fue un trámite la presidencial, menos las estatales en seis de los nueve casos. Los resultados deberán ser ratificados por las autoridades hasta mediados de la semana. La irresponsabilidad de los partidos, apoyada otra vez en las exit polls, tendría que ser fugaz… por el bien de todos.