Elecciones 2024
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Hoy más que nunca los espacios personales se han convertido en lugares compartidos de día y de noche por integrantes de la familia o conocidos que han decidido no pasar solos el quedarse en casa mientras pasa la pandemia.

Lo que antes eran cuartos ocupados solo por la noche, porque los hijos o el marido salían a trabajar durante el día, ha cambiado drásticamente para muchas mujeres que ahora tienen que atender a todos con horarios de desayuno, comida y cena a destiempos, más la constante actividad de las labores del hogar.

Le puedo decir que diariamente veo cientos de imágenes, tanto de mis amistades como de profesionales en el mundo del periodismo, de moda, deporte, política y contemporáneo. A veces hay imágenes que me obligan a detenerme para observar su técnica y en otras para admirar el instante fotografiado.

Esta imagen que hoy les comparto, es una de ellas. La tomó el buen Roberto Hernández, a quien conocí hace algunos años mientras trabajábamos en el mundo editorial del grupo Expansión.

Con su ojo de creador visual y su gran técnica para manejar los drones, ha hecho un trabajo de reconocerse como uno de los mejores droneros del país.

Este cuadro que aquí vemos, con el ritmo de las líneas verticales como divisorias de las horizontales, de los ladrillos rojos y las ventanas con marcos blancos, viejos y oxidados es una extracción de lo que son los multifamiliares en la Ciudad de México

El Conjunto Urbano Presidente Alemán o también conocido como el Multifamiliar Miguel Aleán o CUPA está ubicado entre las avenidas Coyoacán, Feliz Cuevas (Eje7) y las calles Mayorzazo y Parroquia, es un proyecto de 15 edificios donde nueve tienen 13 pisos y seis tan solo tres.

Se construyó entre los años 47 y 49, más o menos unos 73 años. Un poco más de mil departamentos en donde viven más o menos unas 5 mil personas en departamentos de 2 o 4 recámaras.

Hace unos años conocí su interior al realizarle unas fotos a un candidato a delegado allí en la Benito Juárez, y lo que puedo destacar son sus espacios al aire libre para hacer deporte. De alguna u otra forma estuve cercana a ellos, cuando trabajé en el ISSSTE en la Dirección de Comunicación Social y visité muchas veces el Centro Médico 20 de noviembre para eventos o juntas; y en otro tiempo, cuando viví en un departamento sobre Extremadura.

Ahora teniendo un poco de contexto de lo que estamos viendo, pueden imaginarse el caos que pudiera generarse en el interior de esos pasillos, mientras algunas familias han decidido encerrarse para evitar contagiarse del covid, contra las que tienen que salir a trabajar sí o sí.

Los niños que han dejado de ir a la escuela, o los jóvenes que al igual, han tenido que quedarse en casa por el cierre prematuro de los ciclos escolares. Ni hablemos de las vacaciones, porque tampoco hay dinero para salir y el tío que los llevaba en su coche a Acapulco, ha decidido no arriesgarse

Es lo mágico de este tipo de fotos, en donde la cantidad de ventanas a la vista es la posibilidad de historias que pudiesen estarse gestando detrás de sus cortinas.

Las paredes seguro siguen sin descanso de estar escuchando las conversaciones de lado a lado, las preocupaciones, los enojos de la convivencia diaria y el miedo de no saber qué hacer si alguien llega a toser o estornudar.

Tomemos en cuenta que muchos médicos o enfermeros del 20 de noviembre viven allí, y por eso muy al inicio de la pandemia los vecinos se organizaron para ponerles música a todo el personal médico que apoyaba para atender los casos de covid 19

Hay quienes les genera ansiedad vivir en espacios tan reducidos, y hay a quienes les gusta tener tanto ruido, tanta convivencia, tanta gente a su alrededor; por eso la Ciudad de México tiene espacio para todos.

El agotamiento mental de estar tanto tiempo en casa, o de sentir que todo este año se nos está yendo como agua y todo desde el interior de nuestras casas, también puede ser sofocante mentalmente. ¿Cómo le harán allí?

¿Bajarán por unas Tortas Don Polo, o por unos lonches o de plano un rico Pozole allí en la esquina de Parroquia? Quisiera imaginarme que el caos ordenado de vivir entre tanta gente, los tiene ya acostumbrados.

Cada línea que ve en esta imagen es una invitación a subir y bajar por cada piso, o a tocar la puerta de cada departamento y esperar que cada quien nos cuente su historia. Eso hace un dron, ponernos desde una perspectiva desde el aire, que yendo a pie no lo contemplaríamos de la misma forma.

El dron nos da espacio, nos expande la vista y el interés de descubrir lo que no sabíamos cómo se veía desde allá arriba.

El CUPA y sus 5 mil historias - screen-shot-2020-07-27-at-175321
Foto: Roberto H. / Instagram: dronerobert