¿Alguien ha visto a las Fuerzas Armadas o a la Guardia Nacional actuar en defensa de la sociedad, en contención del crimen?
El crimen que el gobierno abraza lo devora.
Avanza sobre sus gobernadores y sobre sus alcaldes en Chiapas, en Michoacán, en Guerrero.
Es dueño de Zacatecas y Tamaulipas, hace lo que quiere en Sonora y en Sinaloa, juega a la ruleta rusa en la Riviera Maya, en Quintana Roo.
Deja restos humanos colgando sobre puentes de Toluca, cadáveres destazados frente a la alcaldía de Chilpancingo.
Ametralla hasta incendiar la camioneta blindada de Hipólito Mora en La Ruana, a plena luz del día.
Llena los noticieros de la mañana, de la tarde, de la noche, con la misma historia de sangre, impunidad y ausencia de autoridad.
En la balacera y el fuego de estos días, punteados de rehenes y exigencias públicas de parte de los delincuentes, vemos la verdadera estrategia que tienen frente al crimen, la autoridad federal y sus colegas locales.
Lo que la autoridad busca es “negociar”, dijo la gobernadora de Guerrero, “evitar la represión” y reconducirlo todo “a la legalidad”.
Ojalá tuvieran capacidad de reprimir, ojalá se estuvieran conteniendo en busca de un arreglo que devuelva todo a la legalidad. Ojalá existiera esa legalidad previa a la que volver.
No, la capacidad de represión de las autoridades es inexistente. La capacidad de violencia de los delincuentes es superior a la de las autoridades.
Lo que la gobernadora guerrerense llama “negociación” se refiere a conceder lo que les piden para salir como sea de la violencia que les imponen.
Y las condiciones impuestas en la negociación conducen a todas partes menos a la legalidad.
Conducen, de hecho, al lugar contrario: al pacto de complicidad con la violencia de los grupos criminales, viejos conocidos y viejos clientes de la autoridad.
Pasan los tiros, los muertos, los incendios, las negociaciones, los nuevos tiros, los nuevos muertos, y la gente se pregunta dónde están las Fuerzas Armadas y la Guardia Nacional, encargadas de la seguridad pública.
¿Alguien ha oído de un plan para reprimir, contener, reconducir a la legalidad lo que pasa en Chiapas, Michoacán, Guerrero, Zacatecas, Tamaulipas, Sinaloa, Sonora, Quintana Roo?
¿Alguien ha visto a las Fuerzas Armadas o a la Guardia Nacional actuar en defensa de la sociedad, en contención del crimen?
No: el crimen que abrazan los devora.