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“Los virus son malas noticias envueltas en proteína”:

 Jean Shinglewood

A siete meses del inicio de la pandemia provocada por el SAR-COV2, la Organización Mundial de la Salud advierte que el virus tiene el potencial de empeorar, si los países no respetan las medidas básicas de precaución en muchos países. El Director general del organismo, Tedros Adhanom Ghebreyesus reconoce que demasiados países están en la dirección equivocada, y no reconocen que el “virus sigue siendo el enemigo público número uno”. Asegura que, de no seguir los principios básicos, la única forma en que se desarrollará la pandemia es de mal en peor.

Con las cifras actualizadas del Centro de Ciencia de Sistemas e Ingeniería de la Universidad Johns Hopkins hasta el 13 de julio, en la lista de casos confirmados por Covid-19 se encuentran: Estados Unidos con 3,323,432; Brasil con 1,864,681; India tiene 878,254; Rusia con 732,547; Perú con 326,326; Chile con 317,657 y México que acumula 299,750.

Todos los países están recibiendo severas críticas por el manejo de la pandemia, pero la mayoría de los señalamientos provienen de economistas, políticos, sociólogos, periodistas y de la sociedad en general, que vive en carne propia las consecuencias de la pandemia. Sin embargo, el sector médico se encuentra perplejo por el comportamiento del virus. En la obscuridad siguen en la búsqueda de señales. Aseguran que es prácticamente imposible prever el comportamiento de la pandemia, y en efecto así ha sucedido.

México ya alcanza las 35 mil muertes por el virus, y hay quienes desean encontrar culpables a toda costa. La Organización Panamericana de la Salud señala que América Latina tiene “una situación extremadamente compleja” porque siguen aumentando los casos de contagio y los decesos, al tiempo que el impacto económico y social de la pandemia se profundiza. Subraya que además existe una cierta confusión entre la población respecto al confinamiento y las medidas de distanciamiento social. En este escenario caben Brasil, Perú, Chile y México.

En medio de la pandemia, la obsesión por encontrar culpables, por hallar chivos expiatorios es insana, es como una cacería de brujas. Maten al hechicero. La ignorancia y la maldad han matado inocentes en Salem, en Gallipolli y en Auschwitz. De cara a la pandemia, la ignorancia también mata. Veamos:

El 14 de febrero de este año, Don Jesús, locatario en la Central de Abastos de Iztapalapa, se contagió por Covid-19 y falleció quince días después. Don Jesús, pertenece al grupo de quienes siguen afirmando que “el virus no existe” y que si de “algo nos vamos a morir”. Desde el inicio de la pandemia, su esposa y uno de sus hijos ha fallecido por complicaciones derivadas del virus. Los tres tenían diabetes, hipertensión y eran obesos.

El 22 de marzo falleció Rafael, asistió a una fiesta Covid. Tenías 22 años. A la reunión asistieron más de 60 jóvenes. Bebieron, se abrazaron, bailaron y se besaron. A los siete días registró síntomas, no le dio importancia. Falleció 10 días después. Rafael fumaba desde los 12 años. Contagió a su mamá y a uno de sus hermanos quienes han podido recuperarse.

El 9 de abril durante la conferencia de prensa nocturna en Palacio Nacional, pregunté al vocero para la pandemia, el Dr. Hugo López Gatell, si era recomendable la utilización de la mascarilla, ya que los países asiáticos en medio de la pandemia obligaron a la población a utilizarla. El subsecretario de salud respondió que no había “evidencia científica sólida” para recomendar el uso del cubrebocas, sin embargo, semanas después terminó recomendando su uso.

El 17 de abril, TV Azteca lanzó una embestida contra el subsecretario López-Gatell a través de su vocero, Javier Alatorre, quien calificó de “irrelevantes” las cifras y conferencias del funcionario. Alatorre exclamó: “Ya no le haga caso a López Gatell”. Horas antes, el Gobernador de Baja California, había acusado al subsecretario de salud a través de un video publicado en las redes sociales de su gobierno de presentar cifras inferiores a las reales. Cabe mencionar que las ciudades de Mexicali y Tijuana tienen un número muy elevado de contagios y decesos, están entre los primeros cinco lugares, incluso en la entidad ya se registra un rebrote.

El 7 de julio, el presidente Manuel López Obrador afirma que la curva del COVID-19 se ha logrado aplanar, cuando la OMS advierte que la situación de México es “extremadamente compleja”. Los mensajes cruzados y asimétricos sumados a la ignorancia generalizada sobre el comportamiento del virus, han condimentado un caldo de cultivo para la reproducción del virus.

Entonces, ¿de quién es la culpa? A simple vista, de la infodemia, de las enfermedades crónico-degenerativas, de los mensajes cruzados, de la irresponsabilidad, pero sobre todo de la ignorancia de todos.

Emiliano Herrera, joven estudiante de Ciencias Políticas, dice que buscar culpables en medio de la pandemia es una “tontera” porque el enemigo es invisible e inasible. Sin embargo, cree que todos de alguna manera somos responsables de lo que sucede con la pandemia, por omisión, por ego, por ignorancia, por intereses o simplemente porque la vida no vale nada.

La pandemia ha renovado la visión sobre la fragilidad e infalibilidad del ser humano, y nos enseña que los retos para la humanidad se construyen de manera colectiva y no individual. Entonces, si hemos de buscar culpables, pregunto: ¿Qué has hecho para evitar lo que estamos viviendo?

De la libreta

1) Especialistas de la UNAM consideran que al menos 16 millones de mexicanos habrían caído en la pobreza extrema por ingresos entre los meses de febrero y mayo de este año, debido a la pérdida de empleos a consecuencia de la pandemia.

2) La verdad histórica sobre la noche de Iguala ha caído al vacío. En la nueva normalidad, la nueva verdad es que elementos del Ejército están involucrados en la desaparición, y la muy probable muerte de los jóvenes normalistas de Ayotzinapa. ¿Hasta dónde llegará esta verdad? Ya veremos.

@HectorHerreraAR

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