Elecciones 2024
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Esperar el peritaje. Eso es lo que, en cualquier país democrático, de leyes y de instituciones tendría que suceder para encontrar explicaciones y responsables tras lo ocurrido en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México. Pero, ¿Podemos realmente esperar un resultado objetivo e independiente cuando los dos principales involucrados son dos de los favoritos de Andrés Manuel López Obrador?

No, lo que sigue es el olvido del caso, enterrarlo en el tiempo y en todo caso buscar algún chivo expiatorio, preferentemente algún contratista. Nada más. La 4T no es de las que acepten los errores, menos la responsabilidad de una tragedia como ésta.

Este caso podría llevar a los caminos de la corrupción. Sin embargo, después de tantos años y con tal nivel de manto protector, será difícil que llegue a ser esa una conclusión.

Pero lo que sí es más que evidente es que el gobierno de Claudia Sheinbaum en la Ciudad de México ha aplicado recortes al gasto público más elemental, al pie de la letra de lo que manda López Obrador, pero hasta niveles de austericidio.

No hace falta más que ver el deterioro general que ha sufrido la infraestructura de la Ciudad de México, su mobiliario, hay que ver las calles llenas de baches, el mal estado del transporte público, en fin. Lo evidente que ha sido dejar de aplicar el gasto para destinarlo al reparto asistencialista de la 4T, ese que reditúa votos para su causa.

Y si lo evidente no alcanza, ahí están los números. Al Metro de la Ciudad de México le recortaron este año más de 570 millones de pesos de presupuesto. Hay que recordar que recién llegó esta administración al gobierno de la Ciudad de México, le recortaron 1,900 millones de pesos de presupuesto al Metro.

Tres de los cinco incidentes más graves que involucran al Metro de la Ciudad de México han ocurrido en la administración de Claudia Sheinbaum, imposible no pensar que tienen que ver con este austericidio.

Va a ser difícil que un dictamen de la 4T resuelva que la falta de inversión en mantenimiento en esos desperfectos señalados repetidamente por los usuarios y durante varios años fue la causa de la tragedia del lunes pasado.

Y al mismo tiempo, los recursos destinados a los programas asistencialistas, esos que lejos de procurar un gasto social multiplicador se limitan a transferir recursos a las clientelas políticas, tuvieron un incremento en el presupuesto de la Ciudad de México de 15.6 por ciento.

Esta es la garantía de tener la masa electoral suficiente como para no preocuparse por algún impacto negativo en las elecciones dentro de exactamente un mes por esas medidas austericidas que claramente han salido tan trágicas y costosas.

El excesivo poder ha borrado los límites de lo prudente al momento de recortar el gasto público prioritario. Ahí está la eliminación de guarderías, la falta de medicamentos, el cierre de refugios para mujeres violentadas. Los recursos se van a mantener a las clientelas políticas y eso será difícil que se corrija.

Así que no se pueden descartar otros incidentes derivados de esos recortes irracionales del gasto público.