Hay en las nuevas reglas garantías para que los competidores tengan representantes en el comité que escogerá a las casas encuestadoras, de modo que esa operación sea transparente, al menos para ellos
Una vez más, el Presidente se adelantó a la oposición en la carrera sucesoria.
Aprovechando el buen momento de su causa, el lunes 5 de junio reunió a sus precandidatos presidenciales para cenar y fijarles las reglas del juego; él, que no se mete en las elecciones.
A partir del domingo 11, día del Consejo de Morena, los tendrá ocupando toda la escena como precandidatos presidenciales en campaña.
Las reglas del lunes 5 no son una repetición de lo que se daba por hecho.
Abren un espacio inesperado de competencia entre los precandidatos. Le dan un toque de incertidumbre a un proceso que se juzgaba decidido.
Según las nuevas reglas, para competir, los precandidatos deben dejar los puestos que tienen en el gobierno y en el Congreso.
Arrancarán sus campañas el lunes 12, como precandidatos sin puestos en el gobierno ni posiciones en el Congreso, en busca del primer lugar en una encuesta que definirá al ganador.
Hay en las nuevas reglas garantías para que los competidores tengan representantes en el comité que escogerá a las casas encuestadoras, de modo que esa operación sea transparente, al menos para ellos.
Todos ganarán algo.
El lugar 1, la Presidencia. El 2, el liderato del Senado. El 3, el liderato de los diputados. El 4, un buen puesto en el gabinete.
¿Fórmula de la armonía o semilla de la discordia? Veremos.
El hecho es que, el lunes 5, López Obrador se adelantó otra vez a la oposición en la carrera sucesoria.
El martes 6, Marcelo Ebrard se adelantó también a sus competidores. Anunció su renuncia a la Secretaría de Relaciones Exteriores y su entrada en campaña el lunes 12.
En los otros campamentos de la sucesión obradorista hubo silencios, titubeos y mensajes crípticos, mientras Ebrard ganaba la atención de la prensa la tarde y la noche del martes 6. Amaneció, el miércoles 7, como el adelantado de la carrera oficialista por la Presidencia.
Se diría que es el único que está cómodo con las nuevas reglas, aunque una versión de prensa lo describió como el más incómodo y callado de los invitados en la cena del lunes 5.
Quizá estaba sólo pensando cómo se iba a adelantar.
https://www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/el-adelantado