Y del despilfarro, ya ni qué: sólo los trenes Interoceánico y Maya (accidentados ambos este año) registran pérdidas de más de tres mil millones de pesos, y requieren subvención constante de fondos del erario
Es sólo para morenistas, la indignación en la Mañanera por los apuntes de corrupción y negligencia tras el descarrilamiento del Tren Interoceánico: en verdad, Sheinbaum sabe que debe revisar las obras faraónicas de López Obrador. Porque son un peligro.
Y el año que acaba no se llevó ese peligro: lo incentivó con el mortal aviso del accidente del Tren Interoceánico, que mató a 13 personas e hirió un centenar. Una obra puesta en marcha como nueva, con trenes obsoletos y sobre vías en mal estado.
La propia Auditoría Superior de la Federación (aun monitoreada por el gobierno a través de su titular, David Colmenares) advirtió complicaciones técnicas por la orografía del terreno y mala planeación del tramo donde ocurrió el accidente.
¿Dudas de la tibieza de Colmenares para auditar al gobierno? Pues con él, la ASF tiene menos denuncias y cero sentencias y redujo 70% las denuncias penales por desvío de recursos, según el diario Milenio.
Colmenares cesó al Auditor Especial de Desempeño Agustín Caso Raphael: López Obrador se encabritó porque éste reveló que la cancelación del aeropuerto de Texcoco costó 331 mil millones de pesos, y no los 100 mil millones que decía él.
“Si una evaluación incomoda y desaparece, es autocensura, pues no se nos permite incorporar los temas de relevancia nacional, por la intromisión en los enfoques que no sean políticamente funcionales en el corto plazo”, advirtió el despedido.
Sin embargo, aunque totalmente subordinada al poder, la ASF de Colmeranes avisó que el tramo del accidente del Tren Interoceánico tenía complicaciones técnicas severas, de acuerdo con una revisión del diario El Universal.
“Tiene pendientes y curvaturas muy elevadas, está en una zona montañosa, la alineación de la vía se ve afectada por las ondulaciones del terreno y los obstáculos naturales que se presentan en su trazo”, registró la ASF.
Además, la recopilación de datos que hizo ayer el diario Reforma, fortalece las auditorías de la ASF: en la curva del accidente, los durmientes eran de madera inservible, y desde 2021, la Marina trabajó a marchas forzadas para terminarlos.
En 2023, meses antes de inaugurarse, asignaron contratos urgentes para la reconstrucción de puentes y estabilización dinámica de 144 kilómetros de vía para compactar el balastro y nuevos durmientes, reveló el estudio.
¿Resultado? Taludes inestables, durmientes de palo viejo, trenes obsoletos, equipo descontinuado. Contra esto, sí funciona para los votantes el ímpetu de Sheinbaum repudiando a Reforma y El Universal: pero no elimina el peligro latente de nuevos accidentes.
Y del despilfarro, ya ni qué: sólo los trenes Interoceánico y Maya (accidentados ambos este año) registran pérdidas de más de tres mil millones de pesos, y requieren subvención constante de fondos del erario.
Todo mal.
