La decisión que debe tomar la actual administración es si continúa gastando dinero en las obras fallidas de López Obrador, a pesar de la recesión que enfrenta el país
Con la recesión que anuncia Fitch Ratings, se verá el impacto económico real de las ocurrencias de López Obrador: sólo el Tren Maya, Dos Bocas y el AIFA tuvieron un sobrecosto de 674 mil millones de pesos: más que el PIB de Querétaro y Chiapas.
La calificadora llamó ayer “recesión técnica”, a su anuncio de que México crecerá ¡cero por ciento! en 2025. Pero es recesión sin adjetivos, pues la economía lleva sin crecer tres trimestres seguidos. Ajá: y las obras fallidas de López Obrador, chupando dinero.
De los desastres que menos se menciona es Mexicana de Aviación. López Obrador compró la marca (quebrada desde 2010) en 407 millones de pesos. Hoy, ingresa 927 pesos por cada pasajero y paga cinco mil trasladarlo.
En 18 meses, la aventura ha costado a los contribuyentes más de cuatro mil millones de pesos: ha gastado tres veces los mil 684 millones en que López Obrador vendió el avión presidencial al dictador de Tayikistán, Emomali Rahmon.
Mexicana recibió 19 millones 685 mil 179 pesos en el Presupuesto Federal 2025. Sin embargo, no pudo comprar el mes pasado su primer avión, como prometió en noviembre Leobardo Ávila, director general de la aerolínea.
López Obrador nos dejó un mal negocio. De enero a marzo pasados, Mexicana ganó 91 millones 244 mil pesos y gastó 270 millones de pesos en pago de nóminas y operación, según los datos de la propia empresa.
Pero el diario El Financiero tuvo acceso a documentos financieros internos de Mexicana, y apuntan que, de enero-marzo pasados, perdió 180 millones de pesos que, sumados a lo perdido durante el año anterior, dan una pérdida total de mil 432 millones de pesos.
Es decir: Mexicana de Aviación no vale la pena ni le sirve para nada a los mexicanos. La única función de la aerolínea es mantener un juguete de López Obrador, por la que Sheinbaum tiene que comprar todavía 20 aviones en 21 mil 759 millones de pesos.
La decisión que debe tomar la actual administración es si continúa gastando dinero en las obras fallidas de López Obrador, a pesar de la recesión que enfrenta el país, pues registra tres trimestres seguidos sin crecimiento económico.
Por ejemplo, el Tren Maya costaría 197 mil millones de pesos, pero su costo final se disparó a 544 mil millones de pesos: un sobrecosto de 347 mil millones de pesos. Así, por cada peso que ingresa, el gobierno tiene que meterle 108.
Y la refinería de Dos Bocas arrancó con presupuesto de 211 mil millones de pesos y aumentó a 399 mil millones de pesos: un sobreejercicio de 187 mil millones de pesos. Pero produce apenas el 0.8% del total que procesa el Sistema Nacional de Refinación.
Puro dinero tirado.