Pero la virtual presidenta electa se reunió con algunos de ellos aun con la certeza de que habrían de expresar esos desacuerdos
En diferentes tonos, algunos con la posibilidad de la cercanía, otros desde la distancia de un boletín de prensa. Algunos en privado, otros en actos públicos, pero lo cierto es que todas las organizaciones empresariales que se han acercado a la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, le han expresado su preocupación por el paquete de cambios constitucionales, en especial la reforma al Poder Judicial.
Su creador original, el presidente saliente Andrés Manuel López Obrador, niega cualquier afectación a los mercados, a las inversiones, a la economía. Es más, califica de chantajistas a los operadores del mercado cambiario y lanza sus insultos habituales.
Pero la virtual presidenta electa se reunió con algunos de ellos aun con la certeza de que habrían de expresar esos desacuerdos.
Claro, el encuentro con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) era previsible que tuviera ese tono suavecito que usa con el poder su presidente Francisco Cervantes, pero, aun así, no dejó de expresar alguna preocupación.
Cervantes le hace saber a la virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum, que tienen coincidencia en abordar con apertura la agenda de reformas constitucionales planteadas, incluida la del Poder Judicial.
Es cuestionable eso de la coincidencia empresarial de meterse en una reforma así, pero, al menos quedó el mensaje de la necesidad de la apertura.
El Presidente del CCE le prometió a la virtual Presidenta electa inversiones superiores a los 40,000 millones de dólares, pero con la advertencia de no equivocarse con la reforma judicial porque la certeza jurídica, dijo, es indispensable para los capitales.
En refuerzo de ese mensaje institucional, Rolando Vega, presidente del Consejo Mexicano de Negocios, dijo que hay muchas cosas que se pueden mejorar en la implementación de la justicia, pero advirtió que lo que se ejecute tiene que ser congruente con el futuro desarrollo del país.
También desde el sector empresarial, pero desde una trinchera no alineada, incluso opositora, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) dice que la mayoría obtenida por el oficialismo en las elecciones del 2 de junio no puede entenderse como un cheque en blanco, y mucho menos se debe asumir como una justificación para avasallar a las minorías.
Dice la Coparmex que no debe haber cabida para una regresión, que los consensos son indispensables entre la mayoría y las minorías y que la reforma al Poder Judicial que se plantea, y con la celeridad con la que se pretende, puede minar de forma irreparable la confianza de invertir en México.
Son al final diferentes formas de decir lo mismo desde el sector empresarial. Hay otro conjunto de empresarios, de los grupos privados más grandes del país, que se reúne habitualmente con el Presidente saliente y ahora con la gobernante entrante que también han portado ese mensaje de preocupación.
Así que ya sea los que se alinean, los que habitualmente se oponen o los que se reúnen en privado, pero todos los grupos empresariales parecen tener un mismo mensaje.
Ahora, también es verdad, que en este proceso de transición la virtual Presidenta electa acepta la reunión, así sea con los más mansitos representantes empresariales, a pesar de tener la certeza de que le expresarán de frente su oposición con la agenda legislativa que hereda de López Obrador.