Detrás del Cablebús

Un mes ha transcurrido desde la publicación de las bases de la licitación internacional para la construcción de la línea 1 del Cablebús, que conectará Cuautepec con Indios Verdes. A la convocatoria respondieron 13 empresas; entre ellas Tradeco Internacional, de Federico Martínez, la filial mexicana de Mota Engil, y Prodemex, de Olegario Vázquez Aldir. Las dos últimas estuvieron involucradas en el proyecto del NAIM.

Al menos cinco de los probables contratistas sugirieron un diferimiento en la entrega de la propuesta y solicitaron “un tiempo razonable” para cumplir con los requisitos de la convocatoria. La nueva fecha para la presentación y apertura del sobre único con las propuestas de los concursantes quedó fijada para el próximo 29 de abril. Y la emisión del fallo, para el 16 de mayo. A partir de la asignación del contrato, correrán 500 días.

Dos de las empresas participantes —e Impulsora de Desarrollo Integral— públicamente expresaron su desacuerdo con el cronograma de la licitación, pues “el proyecto es muy grande y se tiene que rediseñar”. La obra pública se realizará en la modalidad de Proyecto Integral a Precio Alzado y Tiempo Determinado, por lo que comprende todos los trabajos concernientes a los estudios, análisis y demás instrumentos de recolección de datos que permitan al contratista: elaborar el proyecto ejecutivo, fabricar el equipo electromecánico y ejecutar la obra, hasta su transferencia tecnológica al gobierno capitalino.

El Cablebús fue una de las principales propuestas de la campaña de Claudia Sheinbaum para mejorar la movilidad urbana en la zona nororiente de la CDMX. Con un recorrido de 9.4 kilómetros, las góngolas atravesarían los barrios de Cuautepec hasta llegar a Indios Verdes, en la alcaldía Gustavo A. Madero, donde confluyen los otros dos sistemas de transporte colectivo ofrecidos por la CDMX: el Metro y el Metrobús. Geográfica y urbanísticamente, ese punto tiene un papel estratégico de enlace del sector metropolitano norte con el resto de la CDMX, ya que colinda con Tlalnepantla y Ecatepec, al norte, y con Nezahualcóyotl, al oriente.

El Cablebús Cuautepec-Indios Verdes deberá estar en funcionamiento, de acuerdo con las bases del contrato, el 1 de diciembre del 2020. En una segunda etapa, se construirán teleféricos en zonas altas de Iztapalapa, Tlalpan y Álvaro Obregón.

La jefa del Gobierno de la CDMX determinó que el Cablebús sea implementado por el Órgano Regulador del Transporte Público, una instancia adscrita a la Secretaría de Movilidad, que encabeza Andrés Lajous.

Pável Sosa Martínez es el titular del ORT y junto con Yamel Nacif Osorio —encargada de administrar los Cetram— será responsable de una de las obras emblemáticas de la nueva administración capitalina. Egresado de la Facultad de Ingeniería de la UNAM y con una maestría en Flacso, luego de tres lustros dedicado a la academia y la consultoría —enfocado a servicios urbanos— aceptó integrarse al equipo de Sheinbaum desde hace casi un año, aunque mantuvo un bajo perfil. Hasta su nombramiento, estaba asociado a iSustentable, una empresa a través de la que asesoró a distintas instancias públicas y privadas.

Encargado de socializar el proyecto y conducir la licitación, Sosa Martínez ha sido blanco de señalamientos por un presunto conflicto de intereses. El año pasado, iSustentable recibió 86,663 dólares por un cuatrimestre de consultoría para la oficina en México del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. El contrato para la evaluación del impacto regulatorio de la propuesta de modificación de la categoría de manejo de los residuos de aparatos electrónicos en México originalmente expiraba en noviembre del año pasado, pero se extendió un cuatrimestre.

Tanto en los contratos por servicios como en la modalidad de asesoría, el PNUD insta a todos sus proveedores a prevenir y evitar los conflictos de intereses. La administración de Sheinbaum, por su parte, se ha comprometido a una política de tolerancia cero ante el fraude y otras prácticas prohibidas. Sosa Martínez, al frente del ORT, no ha hecho pública su declaración 3de3. Tampoco se ha pronunciado sobre los vínculos del organismo descentralizado y la oficina de Naciones Unidas en la supervisión del proyecto Cablebús.

Después de asignar al contratista de la Línea 1 del Cablebús, el ORT convocará a otra licitación, para hardware y software para el sistema.

EFECTOS SECUNDARIOS

JUSTIFICACIONES. La Operación Limpieza emprendida por el nuevo gobierno sigue en curso. En Petróleos Mexicanos y en la CFE —dicen altos funcionarios federales— están las mayores resistencias; en otras áreas, como las estancias infantiles o sectores de la comunidad intelectual, han comenzado a ceder, ante las evidencias de los manejos poco claros en las anteriores administraciones. Ambos casos también ilustran las formas adoptadas por las facciones que se oponen al cambio y las peculiaridades de un sistema de incentivos económicos enfocado a generar “oportunidades de negocio”. Así, tras los tropiezos iniciales, la nueva administración del Conacyt quiere retomar su idea inicial, de rescatar la institución, capturada por una burocracia disfuncional y comprometida con enlazamientos que poco tenían que ver con sus funciones sustantivas. La cancelación del Programa de Estímulos a la Innovación se justificaría por las sospechas de desvíos; en otros casos, como los recursos canalizados por el Fondo de Capitalización e Inversión del Sector Rural (Focir) al Instituto Nacional del Emprendedor, la parálisis de la administración saliente impidió la entrega de recursos y finalmente a devoluciones a la Tesorería de la Federación que están rezagadas. En ese organismo despacha desde hace dos meses Carlos Pfister Huerta Cañedo —asesor financiero y efímero exsecretario de Desarrollo Económico de Michoacán— en la precariedad. En un amplio sentido, pues se ostenta como encargado de despacho sin el correspondiente nombramiento, aunque Javier Delgado —a través de una circular— haya delegado funciones suyas en su subalterno.