Elecciones 2024
Elecciones 2024

El viernes de la semana pasada, el Departamento del Trabajo de Estados Unidos publicó las cifras de empleo correspondientes a marzo, revelando que la economía creó 215,000 empleos no agrícolas, dato ligeramente superior a la expectativa de 213,000.

Aunque la cifra estuvo prácticamente en línea con las expectativas, vale la pena destacar algunos aspectos muy relevantes. Por un lado, la creación de empleo durante los últimos dos años ha sido la más acelerada desde finales de la década de los 90. Por otro lado, la tasa de participación continuó con su tendencia de recuperación alcanzando 63% en comparación con 62.4% hace tan sólo seis meses. Esto contribuyó a que la tasa de desempleo aumentara de 4.9 a 5%; y aunque la tasa de participación sigue siendo muy baja conforme a estándares históricos, la realidad es que la mejoría en las condiciones laborales está atrayendo a más personas a reincorporarse al mercado laboral.

Sin duda, el indicador más importante, que confirma la tendencia favorable de la situación en el mercado laboral, es el crecimiento anual de 2.3% en los salarios promedio. Asimismo, la tasa U-6 —una de las medidas de desempleo—, que para muchos especialistas es una aproximación más certera de la situación real del mercado laboral, ya que incluye además de los desempleados a aquellos que están marginalmente empleados —es decir, que tienen un trabajo de medio tiempo pero que están buscando uno de tiempo completo— se mantuvo estable con respecto a febrero, a pesar del incremento en la tasa de participación, y mantiene una tendencia positiva durante los últimos seis meses.

La tasa U-6 se ubicó en 9.8%, su nivel más bajo desde mayo del 2008. La combinación del incremento en la tasa de participación, el aumento en los salarios promedio y la tendencia positiva que mantiene la tasa U-6 nos indican que la economía ha seguido creando empleos de mejor calidad y esto por fin comienza a reflejarse en los niveles de compensación.

Los sólidos datos de empleo de marzo parecen confirmar que la economía estadounidense no está en peligro de recesión y por lo tanto tendrán una incidencia muy importante en las próximas decisiones de política monetaria de la Fed. En su más reciente intervención pública del 29 de marzo, Janet Yellen reconoció que los datos económicos en Estados Unidos no presagian una recesión.

Yellen admitió que la actividad económica ha sido afectada de manera negativa por la caída en las exportaciones derivada de la apreciación del dólar, la desaceleración global y por una disminución en la inversión fija bruta como consecuencia de la volatilidad observada en los mercados a principios de año. Sin embargo, también reconoció que la mejoría en el mercado laboral en combinación con el crecimiento de los salarios reales y el impacto positivo de la disminución en los precios de los combustibles han impulsado el consumo doméstico. Esto a pesar de que la recesión que vive el sector energético a nivel global ha provocado una importante pérdida de empleos y disminución en la inversión en este sector.

Asimismo, Yellen destacó que la industria de la construcción mantiene un ritmo moderado pero positivo de expansión. Aunque la inflación sigue por debajo de la meta de la Fed y los mercados siguen siendo vulnerables a un nuevo choque externo como el observado durante principios de año, la situación fundamental de la economía estadounidense hace difícil que la Reserva Federal se abstenga de subir las tasas durante los próximos meses. Todo indica que a menos de que haya un nuevo choque externo, la Fed realizará un incremento adicional en la tasa de fondeo en su reunión de junio y probablemente otro más antes de que termine el año.