Minuto a Minuto

Internacional “Hay una gran sorpresa que va a estremecer al continente”, asegura canciller de Panamá tras visita de Edmundo González
El Gobierno de Panamá ha mostrado su apoyo a González Urrutia y a María Corina Machado tras las elecciones del pasado 28 de julio en Venezuela
Nacional Renuncia integrante del comité de evaluación del Congreso de la CDMX
Julián Güitrón Fuentevilla deseó éxito a los legisladores del Congreso capitalino en sus actividades
Internacional El Supremo de EE.UU. rechaza paralizar la sentencia de mañana en caso penal contra Trump
La sentencia de Trump marcará la primera vez que un presidente condenado por un delito grave asuma nuevamente la presidencia de la nación
Internacional Colombia dice que es posible un “cierre programado” de frontera por investidura venezolana
La información de Migración Colombia contradice al gobernador venezolano Freddy Bernal, quien afirmó que la frontera permanecerá abierta
Deportes La Selección Mexicana enfrentara a River Plate el 21 de enero en Buenos Aires
El día 16 la selección disputará un duelo de preparación ante el Inter de Porto Alegre en el Estadio Beira-Rio de Porto Alegre, Brasil

Dicen que en la política se puede regresar de todo, menos del ridículo. Al menos dos veces, con sus dos fugas, El Chapo Guzmán ha puesto en ridículo al gobierno mexicano.

México se levantó la mañana del domingo riendo por la nueva fuga de El Chapo, más que asustado por ella. No es un buen síntoma.

En la figura de El Chapo hay rasgos del bandido popular que viene de abajo, hace una fortuna jugándose la vida, burla la ley y a los poderosos, y deja a su paso una marca de astucia e ironía.

Pero también de sangre. En la guerra que han librado las bandas de narcotraficantes en México durante los últimos años, el cártel de El Chapo ha sido el más sangriento.

La pequeña historia es así:

En 2008, por asesoría de la DEA, México establece que los vuelos privados que entran a su territorio desde el sur no puedan seguir al norte, como seguían, cargados de droga, sino que bajen en el sur, en Cozumel o Tapachula.

Se creó así una nueva realidad logística para los narcos: ahora debían pasar la droga por tierra, lo que los obligaba a controlar territorialmente las rutas y ciudades del paso.

Las bandas fueron obligadas a desplegarse físicamente hacia el sur. Empezó la gran batalla no por los cargamentos, sino por los territorios de paso.

Luego de 2008, en su lucha por el control territorial, El Chapo y su cártel de Sinaloa libraron cuatro guerras simultáneas.

Pelearon por el control de Tamaulipas contra el cártel del Golfo y de Los Zetas. Por el control de Ciudad Juárez, contra el cártel de Juárez, de Amado Carrillo. Por el control de Tijuana, contra el cártel de
Tijuana, de los hermanos Arellano Félix. Y por el control de Guerrero, Nuevo León y sus propios dominios en Sinaloa y el noroeste, contra sus antiguos aliados, los hermanos Beltrán Leyva.

[email protected]