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Las actividades menos amenazadas tienen que ver con creatividad y liderazgo. El futuro está aquí…

“¿Robots… trabajo automatizado, México? La pregunta es absurda. No tiene sentido plantearla ahora, habiendo tantos temas urgentes”, me contestó un alto funcionario del gabinete económico.

¿Cuándo empezaremos a discutirlo? La planta de Kia en Nuevo León utilizará 300 robots que harán los trabajos de soldadura de manera totalmente automatizada. La solución aplicada en Pesquería es una versión actualizada de lo que la firma coreana hace en su fábrica de Zilina, Eslovaquia. Los robots utilizan mejor los materiales de soldadura, cometen menos errores y permiten un proceso más flexible de producción. También bajan los costos de nómina. Hacen el trabajo de especialistas en soldadura que podrían ganar entre 20,000 y 40,000 pesos mensuales, por ser un oficio de alta demanda en los trabajos industriales.

El uso de robots es creciente en México, pero no hay un padrón de robots. No sabemos cuántos trabajan en México, ni tampoco qué hacen. Tenemos una idea general de la “película”. Los que más los utilizan son las empresas que tienen más visión de futuro y las que están más integradas a la economía global. Están en la industria automotriz, aeronáutica, electrónica, de servicios financieros y minería, entre otras.

¿Cómo nos afectan? ¿Cómo nos benefician? ¿Quién hace el balance social? Tenemos una intensa discusión en las pantallas de TV sobre el empleo de extranjeros y naturalizados en nuestros equipos de futbol, pero este asunto está fuera del radar. No se discute en la televisión, pero tampoco se discutió en serio en el contexto de la reforma laboral.

¿Cuántos soldadores fueron desplazados por los robots en Pesquería? La pregunta alude a una realidad virtual. En esa planta esos empleos no se perdieron porque no se contemplaron desde el día cero. He dicho robots, pero trabajo automatizado va más allá. Tiene que ver con digitalización de procesos, uso de computadoras y con el Internet de las cosas. Procesos de producción donde las máquinas “dialogan” con computadoras para transmitir información que genera decisiones, que a veces toman máquinas.

Las máquinas son capaces de hacer trabajos que las personas hacían. “Lo más relevante es que las máquinas mejoran año con año, en forma exponencial. En donde estaban “empatados” con los hombres lo superan en un año. Donde estaban muy rezagados, se van acercando, dijo en Davos Andrew McAfee, del MIT y coautor de la Competencia contra la máquina.

El economista Carl Benedikt Frey y el experto en máquinas Michael Osborne, de la Universidad de Oxford, calculan que en Estados Unidos 47% de los empleos están en riesgo por el proceso de automatización. Llegan a una conclusión amenazante: “En el siglo XXI, la computarización hará obsoletos muchos de los trabajos que ahora hacen personas en transporte, logística, oficina y apoyo administrativo”. Las actividades menos amenazadas tienen que ver con creatividad y liderazgo. El resultado será una polarización y el reforzamiento de la desigualdad.

El futuro está aquí. La solución no vendrá sólo por mecanismos de mercado. El sector público tiene un gran reto (otro): no debe interferir en las decisiones tecnológicas de las empresas, pero sí debe trabajar en varios frentes: capacitación y educación, además de la creación de una red social para los “desplazados laborales” por las máquinas. ¿Cuándo empezará?