Elecciones 2024
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Quienes se caen simpáticos se entienden. Por eso se tienen simpatía. Sabrán el gobierno y Maduro por qué niegan su relación de manera oficial, cuando casi a diario, sobre todo aquí, pueden soportar todo menos la tentación de elogiar al régimen de Venezuela.

Ayer, en plena tribuna el presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión, el morenista Porfirio Muñoz Ledo, dijo:

“Que me prueben que las elecciones en Venezuela están más torcidas que las tres últimas elecciones mexicanas antes de las del 1 de julio pasado. Punto”.

Muñoz Ledo colocó la banda presidencial al actual mandatario de México, a cuya toma de posesión fue invitado el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, sin permitirle asistir al evento cívico para que no parecieran en realidad ¡taaan cercanos!

Y hoy, nuestro gobierno (para no parecer ¡taaan cercanos!) manda apenas a su encargado de embajada en Caracas a la toma de posesión de Maduro como presidente de Venezuela, tras ganar unas elecciones en las que prohibió candidatos de oposición y supervisión internacional.

Pero sí son cercanos ideológicamente. Nuestro gobierno lo demostró, al dar un giro ideológico en su política exterior, con la negativa a sumarse a 13 naciones del Grupo de Lima que rechazaron el nuevo gobierno de Maduro.

Hay que agregar, además, que la anunciada abstención de México salvaría a Maduro de ser condenado hoy en la OEA. Sacó muy bien la cuenta quien más sabe de estos temas en México, ayer en El Financiero, Jorge G. Castañeda:

Para aprobar una resolución se suelen requerir 18 votos. De tal suerte que una abstención equivale a un voto en contra. Los 13 países restantes del Grupo de Lima necesitan por lo menos cinco votos más. Uno es Estados Unidos. Uno podría ser República Dominicana. Otro podría ser Ecuador. Un par de países del Caribe, entre ellos Jamaica, tal vez resistan el embate petrolero de Venezuela, y logístico y militar de Cuba, para votar a favor.  

Es muy posible que los patrocinadores o partidarios del proyecto de resolución lleguen a 17 votos, y que les falte uno. Ese voto faltante es México. Van a venderle la abstención a sus acólitos en México y a los que no entienden de estos asuntos, como una posición neutral, ni a favor ni en contra. No es cierto. México puede ser la voz decisiva para que la resolución sea aprobada. Que cada quien asuma sus responsabilidades.”

A todas estas, el presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión afirma, desde la máxima tribuna del país que “dicen que las elecciones de Maduro son violatorias, pues fueron peor las elecciones últimas en la historia de México”.

Pues claro que hay simpatías.