Agradeció a Claudia Sheinbaum y Omar García Harfuch “el extraordinario equipo de seguridad” que pusieron para cuidarlo desde el primer momento
Ayer hace seis meses también fue jueves 15, cuando un matón quiso asesinar a Ciro Gómez Leyva.
Con experta precisión (desde una moto en movimiento, como la camioneta que su objetivo conducía), al menos tres de los disparos iban certeros hacia la cabeza, pero ninguna llegó porque impactaron en los cristales de la blindada que le asignaron sus patrones al periodista.
“Se cumplen seis meses del atentado que trató de mandarme un mensaje de muerte o que trató de matarme. Agradezco el trabajo de las autoridades, pero lo cierto es que medio año después nos encontramos esencialmente en el mismo lugar en que estábamos el 15 de diciembre”, comentó Ciro antenoche.
“Tenemos las mismas preguntas, las mismas dudas. Alguien me atacó, no sé quién, no sé por qué. A principios de enero la autoridad tenía presas a 12 personas que luego fueron 13. Entre ellas el supuesto autor de los disparos y sus cómplices materiales (…). Nadie dijo entonces ni lo dice hoy que ellos sean los autores intelectuales del atentado. Dicen que son la célula de ejecución, quizá lo sean, pero parecen la carne de cañón de siempre. Eso parecen: carne de cañón”, empezó a conjeturar.
Recordó que se habló de “una especie de coordinador” o “jefe o enlace con el autor o los autores intelectuales” apodado El Patrón (al parecer fugado a EU): “Un hombre que estuvo al alcance de la policía mexicana, pero al que la policía mexicana no pudo o no quiso capturar”, pero que, de ser capturado, “¿eso a qué llevaría?”.
Ante la falta de resultados ministeriales, descargó:
“Tengo la impresión de que una vez que comenzó a desvanecerse el impacto informativo del atentado bajó también el empuje de la autoridad investigadora”.
Para lo que importa no hay respuesta:
“¿Quién trató de matarme? ¿Fue por un motivo personal? ¿Fue la acción de un grupo de poder para afectar a otro grupo de poder? ¿Fue una consecuencia de mi, nuestro trabajo informativo? ¿Qué fue y por qué…?”.
Y aunque desde el 16 de diciembre “dije que no sería yo quien abriera la caja de las conjeturas”, y ha cumplido su palabra, “hoy pienso —puedo estar equivocado— que a la Fiscalía de Justicia de Ciudad de México no le interesa avanzar, no le interesa dar con el autor o los autores intelectuales” (…). No parece empeñada en saber quién fue. ¿Tiene exceso de trabajo, es incapacidad, es complicidad?”.
Lógicamente, “pienso también inexorablemente en la tristeza y frustración de los familiares de las miles de personas asesinadas”.
Agradeció a Claudia Sheinbaum y Omar García Harfuch “el extraordinario equipo de seguridad” que pusieron para cuidarlo desde el primer momento.
Y sí: los dos no solo se aseguraron de ello, sino el irreprochable secretario de Seguridad y su mejor personal atraparon en menos de un mes a los integrantes de la “célula de ejecución”.
Pese a sus explicables dudas, Ciro celebra:
“Aquí estamos, aquí estoy, vivo, productivo, trabajando y razonablemente feliz. Gracias, gracias de corazón a todos”.
Y gracias, Ciro, por siempre a ti…