Nadie está a salvo en Culiacán. Da lo mismo si se es empresario, youtuber, ciudadano común o niño; las balas siguen cobrado sus vidas
RICARDO MONREAL,
LÍDER DE BANCADA DE MORENA,
CÁMARA DE DIPUTADOS:
Kakistocracia: el gobierno
de los peores.
¿De verdad no le da pena?
No entiendo cómo se le ocurre llevar a la bancada morenista a respaldar al (des) gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, después de cuatro meses de violencia y muerte que vive la entidad.
Nadie está a salvo en Culiacán. Da lo mismo si se es empresario, youtuber, ciudadano común o niño; las balas siguen cobrado sus vidas.
El colmo fue el fin de semana pasado, cuando fueron rafagueados dos niños y su padre por tratar de evadir un retén clandestino. Y en la torpeza que caracteriza a la autoridad estatal, el secretario de Gobierno, Feliciano Castro, adujo como una de las causas del ataque, el hecho de que el vehículo tenía vidrios polarizados.
El hecho provocó que maestros y familias de la escuela a la que acudían los menores convocaran a una protesta. La indignación es tal que los manifestantes irrumpieron en las oficinas de Rocha Moya, quien no se ha manifestado sobre el asunto; tampoco hace falta, porque cada vez que abre la boca es para decir alguna bobería, como que en Sinaloa se vive bien.
En el recuento de los daños de estos últimos cuatro meses, van 600 asesinatos con violencia, centenares de heridos, otros centenares secuestros, explosiones y robo de autos, así como negocios y carros incendiados. Según cifras de la Secretaría de Economía estatal, han cerrado 700 negocios y se han perdido dos mil 500 empleos, pero de acuerdo con la organización empresarial ADECEM, son seis mil empresas las que han cerrado, con una pérdida de 18 mil millones de pesos y de miles de empleos (Proceso, enero 2025).
Las escuelas privadas han optado por clases en línea, pese a que la Secretaría de Educación local insiste en que los niños acudan a los planteles, solo para que en cualquier momento se suelte una balacera y se tengan que poner pecho tierra.
Al momento de escribir estas líneas nos enteramos de que Culiacán había sufrido cuatro enfrentamientos a balazos. Un persona de la tercera edad, quien estaba siendo atendida por la Cruz Roja por estar herido de bala, fue rematada por un grupo armado. Dos policías municipales también fueron abatidos y otros dos heridos. Con estos hechos, la tarde cerraba con nueve muertos en Culiacán.
De acuerdo con los informes rendidos por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, las fuerzas federales han detenido a “50 sujetos considerados objetivos prioritarios, se han asegurado 400 vehículos y más de 800 armas de fuego de alto poder”. Esta misma semana, el Ejército y la Guardia Nacional desarticularon un centro de videovigilancia clandestino, el cual seguramente servía para orientar a las bandas por dónde y a qué hora moverse.
El secretario Harfuch afirma que gracias a los operativos realizados se están debilitando a las células delictivas más violentas. Si estas células, ya menguadas, son capaces de seguir causando tanto daño y tantas muertes, ¿cuánto más falta por hacer?
¿Dónde ha estado el gobierno estatal? En la estratósfera, supongo. Porque la violencia en Culiacán y sus alrededores no empezó con el secuestro de El Mayo Zambada. Recuerde, doctor Monreal, que en marzo pasado se dio un secuestro masivo y simultáneo de 66 personas, ninguna de las cuales presentó denuncia después de que fueron liberadas.
Por ahí trascendió un video de un ex investigador de la Fiscalía General del Estado, en el cual acusó al gobernador de mantener vínculos con el crimen organizado y haber ordenado el asesinato de Héctor Melesio Cuén, inmediatamente después del secuestro de El Mayo Zambada. Concedamos, doctor Monreal, que esta persona declaró bajo coerción y a sabiendas de que sería ejecutado; de hecho, su cuerpo fue botado a las puertas del Congreso local. No obstante, no es la primera vez que la integridad del gobernador se pone en duda; hasta volantes se han repartido con la misma acusación.
En síntesis, Rubén Rocha Moya es parte integral del problema que vive Culiacán.
Y encima destacó usted que el mandatario era un hombre de calidad moral, académico y congruente con los ideales de la izquierda.
Pues si esta es la izquierda que MORENA enarbola, salgamos corriendo.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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