Así que, en vez de arengas patrioteras, mejor serían recibidas las demostraciones de eficiencia y efectividad en el combate al crimen organizado
LIC. ROSA ICELA RODRÍGUEZ,
SECRETARIA DE GOBERNACIÓN:
Independencia: autosuficiencia,
soberanía, autodeterminación.
Diccionario de la RAE
“Aquí estamos juntos y juntas, que nadie se atreva a violar la soberanía porque México es un país libre, soberano e independiente, y las y los mexicanos siempre estamos para defender a nuestra patria”, afirmó la presidenta Claudia Sheinbaum el sábado pasado como respuesta a las amenazas de Donald Trump.
La verdad, doña Rosa Icela, todo depende de cómo se mida la libertad, la soberanía y la independencia.
Empecemos por la libertad. Según la Constitución, “nadie podrá ser privado de la libertad o de sus propiedades, posesiones o derechos” (art. 14) y “nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones” (art. 16). Como es claro, señora secretaria, la libertad está muy relacionada con la seguridad de los mexicanos, tanto en sus personas como en sus bienes. Y, como todos sabemos, la realidad es bien distinta a lo que indica la Carta Magna.
Nada más le cuento que 42.5% de la población nacional no lleva cosas de valor por temor a ser asaltada y 38.2% no camina de noche en los alrededores de su vivienda (ENEGI-ENSU, diciembre 2024). Ciertamente la percepción de inseguridad ha mejorado, pero todavía es alta; incluso cabe destacar que estos promedios varían mucho según las zonas pues, por ejemplo, en Fresnillo, Zac., y Puebla, Pue., los porcentajes rebasan los 79 puntos. De Culiacán mejor ni hablamos.
Hay otros datos duros que respaldan la percepción de inseguridad. De acuerdo con mediciones internacionales, si una entidad o nación sufre más 20 asesinatos con violencia por cada 100 mil habitantes es considerada como equiparable a una zona de guerra. Pues con la novedad que 12 de nuestros estados superan el límite, particularmente Colima (117) y Morelos (77) según datos del INEGI 2023. Así que libres, lo que se dice libres, pues no somos.
Ahora pasemos a la soberanía, entendida ésta como el ejercicio de autoridad en un cierto territorio a través de los representantes del pueblo. Pues tampoco podemos decir que México es un país soberano si por lo menos 40% del territorio nacional está controlado por algún cártel. De hecho, en la Estrategia de Seguridad de los Primero 100 Días se reconoce la gravedad de la situación que se vive en 10 ciudades, Tijuana, León, Celaya, Acapulco, Cancún, Ciudad Juárez, Chihuahua, Cajeme, Tlajomulco y Colima, además del área limonera de Michoacán y diferentes puntos de Chiapas. A decir del secretario Omar García Harfuch, estas plazas generan alrededor de la mitad de los delitos, pero hay otras plazas o zonas también bastante peligrosas.
El año pasado, como usted bien sabe, se cerró con un promedio de 80 asesinatos y 24 desaparecidos por día, lo cual indica que en total durante el sexenio recién terminado hubo 189 mil homicidios y 52 mil desparecidos. Evidentemente, los tres niveles de gobierno fueron incapaces de mantener la soberanía y la autoridad en los territorios que tenían a su cargo.
Y peor se la voy a contar. No sólo son los cárteles mexicanos los que nos hacen pasar los malos tragos, ahora también están los grupos emergentes del crimen organizado que provienen de Venezuela. El Tren de Aragua (TdeA), como se hace llamar esta banda, cuenta entre sus especialidades con la extorsión, la prostitución y el tráfico de personas. Muy listos estos delincuentes venezolanos, se han expandido siguiendo los patrones de emigración venezolana, por lo cual ya tiene presencia en toda América del Sur, además de pingües ganancias.
En sus movimientos hacia el norte, el TdeA primero arribó a Chiapas, luego a la CDMX y finalmente a EUA. Se caracteriza por su crueldad y la efectividad de su estrategia de “colonización”. Primero explora los territorios, escogiendo aquellos donde haya menos resistencia de las autoridades; luego penetra el submundo de la delincuencia local y, finalmente, consolida su presencia mediante células, según datos de InSight Crime.
El Tren de Aragua no se compara todavía con el Cártel de Sinaloa o el Jalisco Nueva Generación, pero su crecimiento sorprendente y su capacidad de colonización hizo que míster Trump lo incluyera en la lista de organizaciones terroristas extranjeras. No vayamos lejos, en toda la zona sur del país hasta organizaban caravanas de migrantes, algunos de los cuales eran secuestrados y otras condenadas al sexoservicio. En la CDMX se les atribuyen varios asesinatos ocurridos en la zona Centro, así como el cobro derecho de piso. Y hace menos de una semana, en Denver, Colorado, la DEA, la Agencia de Migración y el FBI arrestaron 100 miembros del Tren de Aragua.
Mire, doña Rosa Icela, no me hace ninguna gracia que míster Donald nos ande amenazando, pero lo cierto es que el sexenio pasado fue un desastre en materia de seguridad y que la 4T no lo va a reconocer.
Así que, en vez de arengas patrioteras, mejor serían recibidas las demostraciones de eficiencia y efectividad en el combate al crimen organizado.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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