Minuto a Minuto

Ciencia y Tecnología Espectáculo esta noche con una superluna llena que alcanzará su máxima altura sobre el horizonte
Lo que hace a esta “Luna Fría”espectacular, es que será la más alta del año en el cielo del hemisferio norte
Entretenimiento Silvana Estrada asombra en presentación con Jimmy Kimmel al cantar ‘Dime’
Silvana Estrada se presentó en Jimmy Kimmel Live con el tema 'Dime', de su álbum 'Vendrán suaves lluvias'
Internacional Trump y la primera dama encienden el árbol de Navidad de la Casa Blanca
Trump y Melania encendieron el árbol de Navidad de la Casa Blanca, y Trump afirmó que la religión vuelve a EE.UU. mientras elogió a las fuerzas federales
Nacional Sismo de 3.4 sacude Montemorelos, Nuevo León
Esta noche del 4 de diciembre el Sismológico Nacional registró un sismo en Montemorelos, Nuevo León, a las 19:51 horas
Nacional Ebrard asegura que “no hay ninguna señal que indique que el T-MEC no seguirá”
Marcelo Ebrard aseguró que la revisión del T-MEC avanza sin señales de riesgo, pese a que Trump afirmó que podría dejarlo expirar

Hay dos caminos:

1. Si queremos mantener y mejorar la gobernabilidad del régimen presidencialista, debemos poner un freno a la fragmentación y a la falsa pluralidad, que dispersa el poder sin mejorar la representación.

2. Si queremos seguir adelante con la fragmentación y la dispersión del poder, quizá debemos dejar el régimen presidencialista y establecer uno parlamentario, donde el proceso mismo de alianzas entre fuerzas diversas construye gobiernos de mayoría que duran en el poder mientras la alianza se conserva y caen cuando la alianza se rompe.

Me cuesta mucho trabajo imaginar en un régimen presidencialista histórico como el mexicano cambiar a un régimen parlamentario sin que medie una grave crisis previa de gobernabilidad. En todo caso, me parece imposible plantear algo sólido en esta materia que pueda ejercerse en las elecciones del año 2018.

Lo que hay que reformar por lo pronto es el régimen presidencialista devolviéndole algo de la fuerza institucional que le hemos quitado.

Para eso hay que echar un poco la máquina atrás y detener el proceso de fragmentación, sin cerrar las puertas a nuevos contendientes, pero creando nuevas instancias donde puedan construirse las mayorías que no se consiguen a la primera.

Como han dicho ya Jorge Castañeda y Leo Zuckermann, la figura por excelencia de ese proceso en un régimen presidencial es la segunda vuelta.

Cierto, la segunda vuelta aplicada solo al Poder Ejecutivo, y no al Legislativo, produciría un horizonte de conflicto permanente entre un Ejecutivo con mayoría absoluta en su elección de la segunda vuelta, pero con minoría en el Congreso obtenida en la primera.

Aún así, podría ser una medida transicional hacia una solución más compleja, incluyendo el posible paso a un régimen parlamentario.

Lo que urge es una reflexión cabal sobre el tipo de democracia que queremos y el tipo de régimen político que se aviene mejor con nuestras diversidades y diferencias.

Todo esto ameritaría, creo, abrir una consulta nacional de gran espectro, como la que preparó la reforma del 77.

La sola discusión de estas cosas traería un aire fresco a nuestra rebasada democracia. Ya sería ganancia poder discutir públicamente algunas ideas al respecto.

[email protected]