Minuto a Minuto

Nacional Localizan sin vida a Jaime Juárez Green tras operativo de rescate en zona montañosa entre Morelos y Edomex
El cuerpo de Jaime Juárez Green fue localizado con múltiples heridas en una barranca, junto al perro que lo acompañaba, el cual fue hallado en buen estado
Internacional Cámara Baja de EE.UU. rechaza mociones para retirar tropas en caso de guerra con Venezuela
Trump ha dicho en los últimos días que EE.UU. pronto comenzará a realizar ataques sobre activos de grupos del narcotráfico en Venezuela
Internacional Maduro afirma que la “unión nacional” hará respetar la soberanía de Venezuela
Maduro afirmó que su país tiene el nivel de "unión nacional más poderoso" y que tiene el objetivo de hacer respetar su soberanía
Economía y Finanzas El peso rompe su racha apreciativa frente al dólar y vuelve a las 18 unidades
El peso se depreció un 0.36 %, con lo que terminó con cinco avances consecutivos que lo llevaron a romper la barrera de los 18 pesos por dólar

En su edición del domingo pasado, el diario El País hizo la crónica de “Cómo y por qué huyó el dinero de Cataluña”.

Se cuenta ahí la forma en que los principales empresarios y banqueros catalanes advirtieron a las autoridades de la Generalitat, paso a paso, que no podrían tomar los riesgos de una aventura independentista, pues sus empresas estaban todas inextricable y fatalmente unidas no solo a la economía del resto de España y Europa, sino a los fondos de pensiones y de inversión de los principales bancos de Londres, Nueva York y Chicago.

Las advertencias quizá no fueron suficientemente públicas ni suficientemente enérgicas. El hecho es que no fueron creídas por los líderes independentistas ni tomaron visos de realidad, sino hasta el plebiscito del 1 de octubre.

La imágenes violentas venidas de España que sacudieron al mundo ese día, sacudieron también a los gestores de los fondos de inversión ingleses y estadunidenses que, dice El País, “son los dueños de gran parte de la deuda emitida por las empresas y los bancos catalanes”.

La reacción fue fulminante. El 5 de octubre  anunció su salida de Cataluña el banco Sabadell. El 6 salió Caixabank. Luego, vino la avalancha. Para el 9 de octubre habían salido de Cataluña 212 empresas. El 10 de octubre salieron 177 más. Y el 11 de octubre, 144.

Los líderes independentistas veían estas empresas operando en Cataluña, pero no veían sus vínculos de hierro con el exterior.

Se movían en cambio en perfecta identidad de propósitos y convicciones con el mundo de las pequeñas y medianas empresas de la comunidad autónoma, que se desenvuelven por su mayor parte en un entorno soberanista.

En un acto organizado por Pimec, una asociación de pequeñas y medianas empresas, Puigdemont dijo: “Si alguien quiere saber qué piensan los empresarios, que pregunten a las pymes”.

Esta ilusión aldeana le impidió a la Generalitat tomar en serio las advertencias de los empresarios grandes, que les habían dicho en corto que saldrían de Cataluña si la aventura independentista seguía su curso rupturista.

Se salieron en estampida después del 1 de octubre, impelidos por sus fondos extranjeros, en cuanto las imágenes violentas de ese día desbordaron el termómetro de riesgos soportable para inversionistas no catalanes.

[email protected]