Elecciones 2024
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El mensaje presidencial tras un informe es básicamente un mensaje político. Y el de Enrique Peña Nieto del miércoles no fue la excepción.

Las cifras económicas presentadas por el titular del ejecutivo son simplemente una colección de los mejores datos posibles, acomodados de tal forma que cuadren con la visión de presentar la mejor cara posible.

No hubo anuncios espectaculares y tampoco se revelaron cifras desconocidas, como solía suceder antes. El siglo pasado, por ejemplo, las reservas internacionales del país se conocían solamente dos veces al año: en la convención bancaria y en el informe presidencial.

Un mensaje político que sí tiene impacto en los mercados financieros y en el desempeño monetario del país fueron aquellas palabras del presidente Peña Nieto que concitaron el aplauso para el gobernador del Banco de México.

Uno de los pocos datos macroeconómicos que realmente se pueden presumir sin maquillajes corresponde a la inflación. Por eso el presidente avaló lo que él mismo llamó la eficaz labor del gobernador y la junta de gobierno del Banco de México.

Para los que esperamos señales en torno a si Agustín Carstens sería o no el candidato que el presidente habría de nominar ante el Congreso para estar al frente del Banco de México un periodo más, esto resultó contundente.

Fue en la vitrina más expuesta, en el mensaje más importante del año, ante el auditorio más selecto que se pueda imaginar. Ahí Enrique Peña Nieto tuvo un acto de justicia con uno de los mejores funcionarios públicos que tiene el país.

Pero más allá de esto que despeja la duda sobre qué haría el presidente con la vacante que se abrirá en el Banco de México, incluso más allá de saber si don Agustín quiere quedarse o no, lo que recibió el banco central en el mensaje del informe fue un aval para lo que viene.

Olvídese de la reelección ante las decisiones que tendrá que asumir la autoridad monetaria en lo que resta del año. Por lo pronto, cada quincena los banqueros centrales mexicanos no duermen esperando el reporte del Inegi del comportamiento de los precios.

Saben que, en el momento en que se note alguna presión inflacionaria derivada de la depreciación del peso frente al dólar, tendrán que asumir el tema con más urgencia en la reunión de política monetaria.

Hoy mismo están analizando si en su reunión de septiembre se adelantan o no a la Reserva Federal, que hoy se ve titubeante de iniciar ya con el aumento en las tasas de interés.

Está claro que aumentar las tasas en México puede costarle al crecimiento económico algún dinamismo, que de por sí es poco. Pero antes de cualquier otra cosa el Banco de México es esa institución autónoma que tiene que cuidar el poder de compra de la moneda.

Y hoy, el gobernador Carstens y el resto de los subgobernadores tienen el reconocimiento presidencial por su trabajo, lo que implica que si tienen que cuidar la estabilidad de precios aumentando el costo del dinero, el ejecutivo lo entenderá como parte de esa eficaz labor que hacen.

Así que el aval les sirve mucho más para el trabajo difícil que viene que para pensar en su propio futuro político y laboral.