Como se vio este lunes en Café MILENIO, en pocos días la hidalguense viene demostrando que tiene todo para disputar la Presidencia a quien le pongan enfrente
El brinco de Xóchitl Gálvez al ring de la sucesión preocupa y pone muy nervioso al oficialismo, pero también a su más fuerte rival en Va por México.
Lo primero se infiere por la lupa que le han puesto en las mañaneras, donde tan solo en los tres últimos días fue mencionada 25 veces, catapultando su imagen mucho más que la simplona y rollera propaganda ilegal de quienes el presidente López Obrador apodó corcholatas.
Como se vio este lunes en Café MILENIO, en pocos días la hidalguense viene demostrando que tiene todo para disputar la Presidencia a quien le pongan enfrente.
Otra prueba de sus habilidades la dio en el diálogo que sostuvo (ella lo solicitó) con el propagandista Epigmenio Ibarra en el noticiario de Ciro Gómez Leyva, donde quedó en evidencia su formación, experiencia, información y solidez argumentativa frente a gastadas frases y polvorientas generalizaciones ideológicas del oficialismo.
Para la 4T, las elecciones del próximo año no serán un día de campo, como se antojaban hasta que el propio AMLO (desde luego sin proponérselo) diera el banderazo para el arranque de la virtual precampaña o campaña electoral de una mujer inteligente, audaz, entrona… y popular.
Con la pena para el hoy diputado Santiago Creel, que como secretario de Gobernación vio en 2006 frustradas sus aspiraciones presidenciales ahora renacidas, todo indica que Xóchitl se alzará con la postulación opositora.
Entre lo que le favorece figuran su eficiente desempeño en la función pública, de la que puede presumir logros verificables; su intachable honradez, su capacidad de reacción y su chispeante carácter; en tanto que Creel, sin duda con valiosas y reconocidas aptitudes políticas, suele ser solemne y esto lo hace poco atractivo para los votantes. Peor: durante su registro del martes desbordó su emoción al grado de caer en algo parecido a la histeria y cometió el error de insultar al Presidente, empañando la idea de “gente decente y bien portada” con que suelen ser identificados los panistas en sus actuaciones públicas.
Una de las más valiosas medallas de Xóchitl es el triunfante duelo que sostuvo con AMLO para que éste le diera “derecho de réplica” y pudiera desmentir la imputación de que la senadora votó contra los apoyos sociales. Pese a que él prometió que si se lo ordenaba una autoridad le daría acceso a la mañanera, cuando ella llegó con el amparo de la justicia federal se le impidió la entrada pretextándose que lo que buscaba era esa tribuna “para hacer campaña”.
Y otra más la obtuvo cuando, ante el señalamiento de que su proyección la debía a hombres muy poderosos “de la mafia” (desde Carlos Salinas de Gortari hasta Claudio X. González), ella lo definió como el “machista” que le pasará la banda presidencial.
Y es que, contra lo que digan los cuatroteros, Xóchitl es una mujer forjada por sí misma que vivió en carne propia las carencias de los más pobres y ha trabajado por éstos y las comunidades indígenas desde los cargos públicos ejercidos en 23 años.
De ahí los canijos nervios…