El Plan C consiste en que Morena y sus rémoras arrasen en las urnas para engendrar una Corte a modo y los tres Poderes queden en su solo puño
A los azuzamientos para linchar al máximo tribunal constitucional se suma, gozoso, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, lo que confirma el bajísimo nivel a que el cuatroteísmo está dispuesto a descender en su insensata guerra contra el Poder Judicial de la Federación.
Se apresta al acarreo de “pueblo” para integrarlo (moche y tortas de por medio a costa del erario) al escuálido pero rijoso plantón que mantiene la reserva senil de Morena frente a la Suprema Corte:
Por la Defensa de la Soberanía del Pueblo y Contra la Corrupción que invade a la SCJN, me sumo a la concentración pacífica frente a la sede de la @SCJN este sábado 20/mayo/12:00 hrs. Convocamos al pueblo de México a defender la democracia y su soberanía (art. 39), tuiteó antier.
El ardor contra los ministros que sepultaron dos de las seis leyes inconstitucionales del Plan B corresponde a la ira del presidente López Obrador a partir de una idea equivocada de los Poderes de la Unión, el equilibrio republicano, los contrapesos y las autonomías.
“No tiene remedio el Poder Judicial, está podrido, (los ministros) están actuando de manera facciosa. Imagínense, componerle la plana al Poder Legislativo”, dijo ayer.
Según él, porque al Ejecutivo y al Legislativo los elige “el pueblo” y los dos a los ministros, éstos son sus subordinados, pese a que la Constitución dice que los tres conforman el Supremo Poder de la República y que la Corte debe velar por el respeto a la Constitución.
No fundamenta, como afirma, que “esos señores forman parte del supremo poder conservador; están dedicados a obstaculizar la transformación del país para sostener el antiguo régimen de corrupción y de privilegios”.
Lo único cierto es que ellos analizaron y anularon lo aprobado con las patas respecto a la Guardia Nacional y las iniciativas electorales que ni leyeron.
Razona:
“Ellos deciden que una iniciativa de ley enviada por el Ejecutivo, aprobada por las cámara de Diputados y Senadores, no es válida porque los legisladores violaron los procedimientos internos que ellos, los legisladores, tienen aprobados de manera autónoma…”.
Procedimientos que no respetaron y por esto la cajetearon.
Al repetir que en el 24 quiere una mayoría calificada (al menos dos tercios) en el Congreso, anticipa reformar el Poder Judicial para que a los ministros los elija “el pueblo, como lo establecía la Constitución liberal de 1857, en la época del presidente Juárez”.
La misma Constitución que suprimió el Senado privando a las entidades del naciente México de representación en el Congreso, lo que eliminó el pacto federal y mandató (artículo 51) que el Poder Legislativo fuese unicameral (Juárez rectificó diez años después, pero fracasó, y Lerdo de Tejada impulsó el restablecimiento del Senado, lo que prosperaría hasta 1874).
El Plan C consiste en que Morena y sus rémoras arrasen en las urnas para engendrar una Corte a modo y los tres Poderes queden en su solo puño…