En esto no aplica la coartada “libertad de expresión” para permitir el plantón de azuzadores de violencia
Con apoyo de carteles del presidente López Obrador, un piquete de activistas de las reservas ancianas de Morena identificados con la facción #EscudoAMLO sigue plantado ante la Suprema Corte con la consigna de hostigar, insultando y calumniando, a los ministros que detesta el oficialismo y en particular a la presidenta del Poder Judicial Federal, Norma Lucía Piña Hernández.
El asedio es porque ocho (de los 11) togados echaron atrás, por inconstitucional, la ley que endosaba la Guardia Nacional al Ejército.
De las tonterías que cacarean sobresale una esencialmente idiota:
“Es terrible tener un Poder Judicial que esté contra el pueblo…”.
Ignorancia supina: la función de la Corte es velar por y hacer valer el orden constitucional, no “defender” o atacar a nadie, que no fue diseñado por los ministros en funciones, sino por el Poder Legislativo en 106 años.
Hace 15 días, al comenzar el plantón y para vergüenza mundial, El País consignó:
En las escaleras de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en Ciudad de México, un hombre vocifera un sermón a través de un megáfono que se acopla de tanto en tanto. Parece un predicador aleccionando a sus fieles. Unas pocas decenas de seguidores del Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, se han parapetado a las puertas del tribunal en protesta porque consideran que los ministros de la Corte son unos “corruptos” que están en contra del “pueblo”: un mensaje difundido por el mandatario cada día desde su tribuna en la mañanera, esa suerte de conferencia de prensa que se retransmite por todo el país y en la que a diestro y siniestro el dirigente nombra a los héroes y traidores de la patria. No necesita pruebas que sustenten sus afirmaciones ni hechos en los que respaldarse. Y el discurso, claro, cala…
Mientras algunas y algunos se desgañitan gritando improperios, sus contlapaches recaban firmas de incautos bajo unas carpas y reparten panfletos con mentiras, lugares comunes rolleros y mensajes de odio.
No les importa que otra integrante del pleno de ministros, Yasmín Esquivel, se aferre a su cargo a pesar de haber plagiado sus tesis de licenciatura y doctorado en Derecho. Impensable que esas y esos lacayos exijan también su renuncia o su despido.
Pese a la virulencia contra Piña, a promovérsele como “el problema” y la imagen de una bala como “solución”, esto llegó a decir López Obrador:
“Sale un mensaje en las redes, que se le va a hacer daño a la ministra Piña, y de inmediato sale toda la asociación de jueces y magistrados en contra de la amenaza, echándome la culpa…”.
La idea de asesinarla no, por supuesto, pero AMLO lleva dos semanas consintiendo que sus devotos usen su fotografía y sus injurias para que “el pueblo” la emprenda contra el Poder Judicial y la ministra que abomina.
En esto no aplica la coartada “libertad de expresión” para permitir el plantón de azuzadores de violencia.
“¿De parte de quién?”.
Si Morena no, ¿por qué no se deslinda el
Presidente…?