Los consignados ilustran los muchos versículos demenciales del nuevo evangelio según Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación…
Para los seis grados de primaria, en los libros de texto gratuito del nuevo plan de estudios viene esta Presentación:
“No solo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan, sino que pediría medio pan y un libro”, decía el poeta andaluz Federico García Lorca, asesinado por pensar diferente y por desear un mundo mejor para los suyos, para los humildes, para quienes aún conservan su alma pura, solidaria que no discrimina a las personas por su color de piel, su género, sus preferencias sexuales o por no tener un peso en la bolsa. Era un soñador, un idealista, creía que la cultura era la llave para el cambio; creía en los libros. ¿Tú aún crees en ellos?
En el titulado Nuestros Saberes de primer grado, en la página 85, aparece un policía tomándole huellas dactilares a una detenida y la explicación:
Obras de arte con temática en contra de la injusticia. Cuando ocurren cosas que parecen injustas, ¿cómo se pueden expresar? Hay personas que usan el arte como medio para describir estas situaciones o para contar su experiencia.
En un globito amarillo dice: Derecho a no ser discriminado.
Al calce: Rosa Parks, una mujer afroamericana que en 1955 se une al movimiento contra la segregación (la mujer que en Alabama desobedeció la instrucción del chofer de un autobús urbano para que cediera el asiento a un hombre blanco que ni siquiera lo había requerido ni reclamado, episodio que la llevó a la cárcel, a pagar una multa y que catapultó en EU la lucha por los derechos civiles).
Más allá de que las referencias a García Lorca en los libros de los seis grados y de que se recuerde a Parks en el de Saberes, conviene reparar en el adoctrinamiento de niñas y niños de seis o siete años que, en todo caso, pudieran conocer a esos personajes no siendo tan menores, pero en clases de literatura o historia.
Con la escolarideologización se quiere implantar la cacareada “revolución de las conciencias” que tanto preocupa en el ámbito de la pedagogía.
En el nuevo plan de estudios que comenzará a aplicarse la segunda quincena de agosto (inicio del ciclo 2023-2024) los alumnos dejan de ser el centro de la atención educativa y queda en su lugar “la comunidad”.
Son muchas las objeciones que los avezados en educación vienen haciéndole a este modelo marxistoide y faccioso inspirado en el brasileño Paulo Freire, promotor de la educación “liberadora” frente a “la bancaria”, viendo al profesorado como un piquete de activistas políticos y al alumnado como carne de “humildad y rebeldía”.
Entre otras deficiencias, el nuevo plan carece de un libro de matemáticas porque a éstas se les considera insumo para resolver problemas comunitarios. Vienen solo 13 páginas para 10 temas (en Nuestros Saberes), cuando hasta hoy se lleva uno ex profeso de 200 páginas para una rica variedad de asuntos.
Los consignados ilustran los muchos versículos demenciales del nuevo evangelio según Marx Arriaga, director de Materiales Educativos de la Secretaría de Educación…