Esta semana tanto la Reserva Federal (Fed) como el Banco de México (Banxico) tienen su última reunión de política monetaria del año y existe una altísima probabilidad de que ambas instituciones eleven las tasas de interés de referencia en un cuarto de punto. La Fed ha guiado al mercado desde hace meses a esta inminente … Continued
Esta semana tanto la Reserva Federal (Fed) como el Banco de México (Banxico) tienen su última reunión de política monetaria del año y existe una altísima probabilidad de que ambas instituciones eleven las tasas de interés de referencia en un cuarto de punto.
La Fed ha guiado al mercado desde hace meses a esta inminente alza en la tasa de interés de referencia y, conforme nos hemos acercado a la fecha, el mercado ha incorporado este evento en sus expectativas. Con este movimiento, la Fed estará llevando a cabo su quinto incremento en el actual ciclo —cuarto en los últimos 12 meses— dejando la tasa de interés de referencia en 1.50 por ciento.
A pesar de que dicho movimiento está descontado por el mercado, la decisión de política monetaria de la Fed vendrá acompañada de nuevas proyecciones macroeconómicas y el famoso dot plot, donde los miembros del Comité de Mercado Abierto de la Fed muestran sus expectativas futuras para la tasa de interés de referencia.
Hasta ahora, el dot plot o gráfica de puntos ha señalado, de manera consistente, un posible escenario de tres incrementos, de un cuarto de punto cada uno, en la tasa de interés de referencia durante el 2018.
A pesar de esto, el mercado había venido descontando entre uno y dos incrementos. Sin embargo, como hemos mencionado en este espacio, la probabilidad del escenario de tres incrementos, o inclusive cuatro, ha venido creciendo a raíz de tres factores principales: i) la inminente reforma fiscal; ii) la fortaleza del mercado laboral (la creación de empleos sigue siendo robusta y la tasa de desempleo se ubica en 4.1%, su nivel más bajo en casi 17 años); y iii) un crecimiento económico robusto.
Aunque las presiones inflacionarias siguen brillando por su ausencia y el crecimiento de los salarios reales aún no repunta, la Fed debe ver hacia delante y, dado su mandato de procurar el pleno empleo y mantener la estabilidad de precios, se antoja difícil que la Fed cambie de señal.
Vale la pena recordar que la Fed planeaba un escenario de tasas más altas desde hace un par de años, pero la fragilidad de la recuperación se había interpuesto en el camino.
hoy en día no hay pretextos; la recuperación es sólida y no existen disrupciones importantes en los mercados financieros a nivel global.
Por su parte, Banxico muy probablemente incrementará la tasa de referencia en México por 0.25%, llevándola a 7.25 por ciento. Hasta hace unas semanas, la mayoría de los analistas esperaba que Banxico mantuviera las tasas sin cambio y que el próximo movimiento fuera a la baja a partir de la segunda mitad del 2018.
Según la encuesta Banamex publicada la semana pasada, el porcentaje de analistas que esperan un incremento esta semana pasó de 16 a 40% entre la encuesta pasada y la actual.
Sin embargo, en la opinión de este columnista, la sorpresa negativa en las cifras de inflación de noviembre, aunada al nuevo panorama de tasas en Estados Unidos y la reciente depreciación del peso, parece dejar muy poco espacio para que Banxico no incremente tasas.
Para nadie es noticia que la inflación se encuentra en su nivel máximo desde diciembre del 2008 a raíz de factores del lado de la oferta, como el choque de precios de la gasolina a principios de este año y el impacto de la depreciación del dólar en los precios de algunos bienes importados.
Sin embargo, las cifras de inflación de noviembre y, sobre todo, las de la segunda quincena del mes sorprendieron al romper la tendencia a la baja mostrada desde septiembre.